sábado, febrero 21, 2015

Shaun of the dead

A veces uno necesita la llegada del fin del mundo en forma de un apocalipsis zombie canibal para encontrarse a sí mismo y enderezar la desastrosa vida de loser que llevaba antes.

Unos necesitan más y otros necesitan menos, pero Shaun el protagonista de "Shaun of the dead" precisa de ese apocalipsis para reconducir su vida que, como suele pasar en esta clase de películas, sólo precisa de la clave romántica y sentimental para encontrar ese perdido sentido.

No sé que extraños poderes casi religiosos le otorgan algunos al amor romántico... pero esa es otra historia....

Con acierto combina "Shaun of the dead" la sangrienta aventura zombie con la comedia romántica para ofrecernos un producto entretenido que, cuando menos, resulta sorprendente dados los ingredientes que la historia combina con astuto talento iconoclasta.

Además, la historia maneja muy bien, desde una siniestramente anodina presentación de lo cotidiano, la progresiva irrupción del apocalipsis zombie en lo que es una terrible vida de ladrillo en muro en un suburbio de una gran ciudad, la pequeña y mediocre vida de un Shaun cuyo pequeño mundo se desmorona al mismo tiempo que irrumpen los zombies en la de todos como consecuencia de una extraña gripe.

Por otro lado, y pese a lo bizarro del contexto, la película exhibe un fino e inteligente humor marca de las islas que es especialmente utilizado con acierto para definir las relaciones entre los diferentes personajes y que confiere a la historia de una cierta inteligencia que contrasta con lo basto y animal de las extremas situaciones que se van presentando... Algo así como P.G. Woodehouse en una película de George A. Romero, una aparentamente imposible combinación que me entusiasma aunque sólo sea por lo extremo del contraste y lo mejor es que el resultado funciona.

En resumidas cuentas, "Shaun of the dead" es un entretenido acierto en el que lo extremo, fantasía y costumbrismo, humor fino y trazo grueso, comedia romántica y violencia gore se mezclan con sorprendente armonía,

Ni mucho más, pero tampoco ni mucho menos.

Todo un clásico ya, de lo suyo... sea lo que sea.

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