“La crisis cubana se resolvió por un acuerdo secreto entre Kruschev y John F. Kennedy que obligaba a los Estados Unidos a desmantelar sus bases de misiles en Turquía e Italia. Aunque Washington planeaba reemplazar éstos misiles con submarinos Polaris en un futuro próximo, la retirada de los misiles supuso un revés para la OTAN. Al mismo tiempo, y después de una reunión con la ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Golda Meir, Kennedy comenzó a preparar un despliegue de misiles avanzados Hawk (tierra-aire) en Israel, poniendo así fin a una política de equidistancia entre los dos lados del conflicto árabe- israelí. Los misiles fueron desplegados en 1965, dando a Israel una decisiva ventaja defensiva sobre sus vecinos árabes.”
Pasión o sumisión: lo que el fútbol argentino enseña al Atleti
Hay una escena en la película argentina El secreto de sus ojos que me fascinó cuando la vi por primera vez. El investigador busca a un asesino desaparecido y su amigo Sandoval le dice una frase que se me quedó grabada: “El tipo puede cambiar de casa, de nombre, de trabajo… pero nunca va a cambiar de pasión” . Entonces lo entendí como algo bello: la pasión como raíz firme de identidad, una fidelidad que sobrevive al miedo y al tiempo. Me conmovió pensar que algo así podía definirnos para siempre. Pero, con los años, empecé a mirar de otro modo esa fidelidad absoluta. Soy simpatizante del Atlético de Madrid y no soy un buen aficionado según los estándares actuales. Hay cosas que veo, no me gustan y lo digo. He visto cómo, a lo largo de la última década, la relación entre la afición y el equipo ha cambiado. Con la llegada de Diego Simeone , el club consolidó un relato que exalta la entrega sin condiciones: luchar, sufrir, creer hasta el final. Ese discurso, que al principio unió a la hi...

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