He tardado un poco en ir a verla porque confieso que me daba un poco de miedo.
El trailer me sugería una serie de fantasías de simulación de trillados clichés del cine comercial americano por las calles de A Coruña... Todo un planazo, pero lo cierto es que estaba equivocado y eso me gusta porque si me equivoco es porque todavía la realidad me puede sorprender.
El caso es que para mi gusto "El desconocido" se inscribe, dando continuidad, dentro de una línea de calidad que dentro del "thriller" se inició con títulos como "El niño" o "La isla mínima".
Títulos que en mayor o menor medida se erigen sobre planteamientos de carácter social y político y sería fantástico que en España pudiéramos tener un cine político como el que apareció en la corrupta Italia de la década de los sesentas y setentas... Al país y al cine español no le vendría nada mal, pero esto son ensoñaciones mías.
La verdad es que no espero demasiado de este país. Los toros, las gambas, el sol, la santa transición y el flamenquillo ya no me llenan.
En cualquier caso, y evitando más disgresiones, "El desconocido" es un estupendo "thriller" que sucede en su mayor parte dentro de un coche. Y tiene mucho mérito hoy en día mantener al espectador hora y media pegado a la pantalla con imágenes que no sean planetas que explotan superhéroes que vuelan o cuerpos que follan.
Pero "El desconocido" lo tiene.
Un mérito sin duda atribuible al debutante Dani de la Torre quién como mínimo sabe de la importancia de los primeros planos para anclar emocionalmente el relato cinematográfico, asi como la importancia de los buenos actores para poder dar la adecuada profundidad y la correcta dimensión a esos primeros planos.
Pero además tiene claro la importancia de la historia, una historia que debe estar bien codificada y construida como mecanismo pero que al mismo tiempo debe tener puntos de contacto con la mirada del espectador en el sentido de facilitar el proceso de transferencia, la gran reacción química que el cine genera en el espectador en el oscuro y solitario espacio de la sala.
"El desconocido" tiene de todo ésto a paladas, siendo además relativamente muy atrevida en el planteamiento de su historia que se centra en la corrupción general del sistema de intereses que nos vive.
La banca y sus vicios privados que ya ni siquiera pueden ser virtudes públicas se ventilan con planteamientos que bien pudiera firmar la nueva contracultura que se está generando desde los estratos de la sociedad que ya no pueden aguantar más, bien por necesidad, bien por ética, bien estética o bien por una diferente combinación de alguna de estas tres cosas.
Y lo mejor que para mi gusto tiene "El desconocido" es que esa victima cuya venganza genera la historia termine siendo victima dos veces.
Así de jodidas están las cosas mientras constantemente buscamos maneras de permanecer sedados el suficiente tiempo.
Y lógicamente el límite más allá del cual "El desconocido" dejaría de ser un producto para convertirse en algo más está ahí: en el trágico destino de una victima, un destino que al final sólo puede ser explicado desde el orden público, desde el perder la razón por las formas.
Una victima a cuya soledad no le queda ya otra que ofrecer su propia vida como acto de verdad (tal y como habla Baudrillard en "El intercambio simbólico y la muerte").... pero, esa línea narrativa no interesa a una historia que decide ser producto en ese momento.
El producto a favor de sistema no puede poner en valor ese gesto de la victima que enseguida pasa a un segundo plano en favor de un personaje más posible, el que interpreta Luis Tosar, que comprende cuánto mal ha hecho y al que le espera un futuro incierto sin familia ni trabajo... algo que por cierto a la historia tampoco parece importar demasiado.
En cualquier caso, "El desconocido" se las arregla para extraer con inteligencia la suficiente energía emocional de la tragedia nuestra de cada día como para emocionar e, incluso, concernir al espectador aunque, y como siempre, lo importante pasa de puntillas y de lado.
Con otro enfoque y nivel de atrevimiento estaríamos hablando de puro cine político.
En cualquier caso, "El desconocido" es un magnifico y brillante producto.
El cine español demuestra que también puede ser americano.... Y ahora que lo pienso, tan equivocado no estaba.
El trailer me sugería una serie de fantasías de simulación de trillados clichés del cine comercial americano por las calles de A Coruña... Todo un planazo, pero lo cierto es que estaba equivocado y eso me gusta porque si me equivoco es porque todavía la realidad me puede sorprender.
El caso es que para mi gusto "El desconocido" se inscribe, dando continuidad, dentro de una línea de calidad que dentro del "thriller" se inició con títulos como "El niño" o "La isla mínima".
Títulos que en mayor o menor medida se erigen sobre planteamientos de carácter social y político y sería fantástico que en España pudiéramos tener un cine político como el que apareció en la corrupta Italia de la década de los sesentas y setentas... Al país y al cine español no le vendría nada mal, pero esto son ensoñaciones mías.
La verdad es que no espero demasiado de este país. Los toros, las gambas, el sol, la santa transición y el flamenquillo ya no me llenan.
En cualquier caso, y evitando más disgresiones, "El desconocido" es un estupendo "thriller" que sucede en su mayor parte dentro de un coche. Y tiene mucho mérito hoy en día mantener al espectador hora y media pegado a la pantalla con imágenes que no sean planetas que explotan superhéroes que vuelan o cuerpos que follan.
Pero "El desconocido" lo tiene.
Un mérito sin duda atribuible al debutante Dani de la Torre quién como mínimo sabe de la importancia de los primeros planos para anclar emocionalmente el relato cinematográfico, asi como la importancia de los buenos actores para poder dar la adecuada profundidad y la correcta dimensión a esos primeros planos.
Pero además tiene claro la importancia de la historia, una historia que debe estar bien codificada y construida como mecanismo pero que al mismo tiempo debe tener puntos de contacto con la mirada del espectador en el sentido de facilitar el proceso de transferencia, la gran reacción química que el cine genera en el espectador en el oscuro y solitario espacio de la sala.
"El desconocido" tiene de todo ésto a paladas, siendo además relativamente muy atrevida en el planteamiento de su historia que se centra en la corrupción general del sistema de intereses que nos vive.
La banca y sus vicios privados que ya ni siquiera pueden ser virtudes públicas se ventilan con planteamientos que bien pudiera firmar la nueva contracultura que se está generando desde los estratos de la sociedad que ya no pueden aguantar más, bien por necesidad, bien por ética, bien estética o bien por una diferente combinación de alguna de estas tres cosas.
Y lo mejor que para mi gusto tiene "El desconocido" es que esa victima cuya venganza genera la historia termine siendo victima dos veces.
Así de jodidas están las cosas mientras constantemente buscamos maneras de permanecer sedados el suficiente tiempo.
Y lógicamente el límite más allá del cual "El desconocido" dejaría de ser un producto para convertirse en algo más está ahí: en el trágico destino de una victima, un destino que al final sólo puede ser explicado desde el orden público, desde el perder la razón por las formas.
Una victima a cuya soledad no le queda ya otra que ofrecer su propia vida como acto de verdad (tal y como habla Baudrillard en "El intercambio simbólico y la muerte").... pero, esa línea narrativa no interesa a una historia que decide ser producto en ese momento.
El producto a favor de sistema no puede poner en valor ese gesto de la victima que enseguida pasa a un segundo plano en favor de un personaje más posible, el que interpreta Luis Tosar, que comprende cuánto mal ha hecho y al que le espera un futuro incierto sin familia ni trabajo... algo que por cierto a la historia tampoco parece importar demasiado.
En cualquier caso, "El desconocido" se las arregla para extraer con inteligencia la suficiente energía emocional de la tragedia nuestra de cada día como para emocionar e, incluso, concernir al espectador aunque, y como siempre, lo importante pasa de puntillas y de lado.
Con otro enfoque y nivel de atrevimiento estaríamos hablando de puro cine político.
En cualquier caso, "El desconocido" es un magnifico y brillante producto.
El cine español demuestra que también puede ser americano.... Y ahora que lo pienso, tan equivocado no estaba.
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