Una de las escenas que más he disfrutado de "The Martian" es aquella en que la tripulación tiene que tomar una importante decisión.
Es en ese momento cuando la capitana Lewis les hace un discurso sobre los costes que puede tener la toma de esa decisión.
La capitana Lewis se dirige a hombres adultos y responsables.
No quiere manipularles.
Sólo por respeto a ellos, quiere que tomen esa decisión con la mayor información posible y esa información incluye un discurso de costes.
Sentí una inmensa nostalgia viendo esa escena, nostalgia por lo que podríamos ser y hacer, pero también sentí tristeza, tristeza por lo que efectivamente hacemos.
Ya, de regreso a casa, me pregunté que les habría dicho el capitán si este hubiera sido Artur Mas o Mariano Rajoy o cualquiera de nuestros políticos que nos venden ideas para que las consumamos.
Y por supuesto en esa venta no puede existir un discurso de costes.
Todo tiene que ser ventajas porque lo importante es vender.
Ya se cruzará el puente de comprar y consumir una idea que no viene bien cuando se llegue a él.
Encontré emocionante esa escena del discurso de costes porque pone en evidencia el cortoplacismo y carácter consumista de toda nuestra actividad política,
En el discurso de costes está la diferencia entre consumir una idea y vivirla.
Nos lo pone difícil en el corazón y el pensamiento poniendo a prueba nuestra voluntad de seguirla.
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