Esta es otra de las películas que de cuando en cuando me gusta ver.
Aunque está dirigida por Sidney Pollack, sobre "Yakuza" planea el espíritu atormentado de Paul Schrader que escribió la película junto a su hermano Leonard.
Aunque no funcionó bien en taquilla, "Yakuza" posicionó a Schrader para ser uno de los escritores de películas de la década de los setentas con obras de arte como "Taxi Driver" o "Raging Bull".
En cualquier caso, las tres películas comparten la presencia de protagonistas marcados por un pasado que condiciona de manera dramática su presente, personajes en busca de una catarsis que siempre pasa por un inevitable sacrificio.
Jake la Motta y Travis Bickle ya están presentes en el Harry Kilmer que interpreta Robert Mitchum en "Yakuza".
Y en cierto sentido, su drama puede ser expresado por aquellos versos de Omar Jayam en su maravilloso Rubaiyat: "Pero el dedo implacable sigue y sigue escribiendo. Seducirlo no podrás con tu piedad o tu ingenio para lo escrito tachar o con tus lágrimas borrar ni una coma ni un acento” .
Para todos ellos, el dedo del destino ha escrito. Lo hecho, hecho está. Hay un pasado que inamovible prolonga su alargada sombra hasta el presente, un pasado del que sólo será posible la liberación mediante un acto catárquico de expiación y ese acto es la historia que Schrader siempre nos cuenta.
En el caso de "Yakuza", hay una compleja historia de amistad y amor centrada en un americano, Harry Kilmer, y dos hermanos japoneses, hombre y mujer.
Los líos en que un amigo de Kilmer se mete con Tono, un importante Yakuza, servirá de gatillo dramático que dinamitará ese triangulo mostrando una increíble historia de amor y honor sostenida a varias bandas.
Y como en todas las películas de Schrader, el resultado será la expiación y la redefinición de un sentido que unirá a los personajes de una manera más autentica.
Educado en un severo ambiente calvinista, Schrader siempre busca a través de sus personajes la realización sublimada de la expiación de sus propios pecados, una realización que siempre tiñe sus historias de un marcado carácter trágico y dificil de entender para un espectador que sólo vaya al cine a pasar el rato.
No obstante, su cine siempre ha tenido para mi gusto un marcado carácter iniciático muy centrado en la inevitable necesidad de encontrar la paz y en el importante coste que suele traer esta consigo ya que nada de lo que el destino ya ha escrito se puede cambiar.
Hay algo titánico en los protagonistas de Schrader, siempre buscando la manera de desdecir a los dioses reescribiendo su propio destino.
"Yakuza" es una película oscura y violenta en la que lo que no se dice es tan o más importante que lo que se dice.
Obra maestra.
Aunque está dirigida por Sidney Pollack, sobre "Yakuza" planea el espíritu atormentado de Paul Schrader que escribió la película junto a su hermano Leonard.
Aunque no funcionó bien en taquilla, "Yakuza" posicionó a Schrader para ser uno de los escritores de películas de la década de los setentas con obras de arte como "Taxi Driver" o "Raging Bull".
En cualquier caso, las tres películas comparten la presencia de protagonistas marcados por un pasado que condiciona de manera dramática su presente, personajes en busca de una catarsis que siempre pasa por un inevitable sacrificio.
Jake la Motta y Travis Bickle ya están presentes en el Harry Kilmer que interpreta Robert Mitchum en "Yakuza".
Y en cierto sentido, su drama puede ser expresado por aquellos versos de Omar Jayam en su maravilloso Rubaiyat: "Pero el dedo implacable sigue y sigue escribiendo. Seducirlo no podrás con tu piedad o tu ingenio para lo escrito tachar o con tus lágrimas borrar ni una coma ni un acento” .
Para todos ellos, el dedo del destino ha escrito. Lo hecho, hecho está. Hay un pasado que inamovible prolonga su alargada sombra hasta el presente, un pasado del que sólo será posible la liberación mediante un acto catárquico de expiación y ese acto es la historia que Schrader siempre nos cuenta.
En el caso de "Yakuza", hay una compleja historia de amistad y amor centrada en un americano, Harry Kilmer, y dos hermanos japoneses, hombre y mujer.
Los líos en que un amigo de Kilmer se mete con Tono, un importante Yakuza, servirá de gatillo dramático que dinamitará ese triangulo mostrando una increíble historia de amor y honor sostenida a varias bandas.
Y como en todas las películas de Schrader, el resultado será la expiación y la redefinición de un sentido que unirá a los personajes de una manera más autentica.
Educado en un severo ambiente calvinista, Schrader siempre busca a través de sus personajes la realización sublimada de la expiación de sus propios pecados, una realización que siempre tiñe sus historias de un marcado carácter trágico y dificil de entender para un espectador que sólo vaya al cine a pasar el rato.
No obstante, su cine siempre ha tenido para mi gusto un marcado carácter iniciático muy centrado en la inevitable necesidad de encontrar la paz y en el importante coste que suele traer esta consigo ya que nada de lo que el destino ya ha escrito se puede cambiar.
Hay algo titánico en los protagonistas de Schrader, siempre buscando la manera de desdecir a los dioses reescribiendo su propio destino.
"Yakuza" es una película oscura y violenta en la que lo que no se dice es tan o más importante que lo que se dice.
Obra maestra.
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