La ciudad esta llena de oficinistas
que, perfectamente entrenados
en el fingimiento de la esperanza,
y creyendosela,
no quitan los ojos de la recién salida
nueva lista de números de la suerte
mientras a lo loco cruzan la calle sin mirar
que, perfectamente entrenados
en el fingimiento de la esperanza,
y creyendosela,
no quitan los ojos de la recién salida
nueva lista de números de la suerte
mientras a lo loco cruzan la calle sin mirar
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