“Pero la proposición aparentemente simple de que todos los
factores de producción deben estar en mercados libres implica en la práctica
que toda la sociedad debe estar subordinada a las necesidades del sistema de
mercado. Entre los factores de producción están la tierra y el trabajo, pero
ambos sólo pueden ser tratados como mercancías bajo una base más o menos
ficticia: puesto que el trabajo significa los seres humanos en los que consiste
la sociedad, y la tierra es sólo otra palabra para la madre naturaleza gracias
a la que los seres humanos subsisten. En la tentativa de establecer una
economía de mercado separada dentro de la sociedad, toda la sociedad se
subordina a las necesidades de una economía de mercado. Casi sin darnos cuenta
una cosa completamente desconocida nace: una sociedad económica, es decir, una
sociedad humana basada en el supuesto de que la sociedad sólo depende de bienes
materiales para su existencia.
Esta suposición es manifiestamente falsa. La seguridad de la
vida es tan vital como a comida diaria, tampoco hay una preferencia definida
por el pan y la mantequilla si la alternativa es ser matado fulminantemente.
Pero si una sociedad quiere existir permanentemente hay una serie de requisitos
que debe cumplir tales como unas relaciones estables con nuestro entorno: la
naturaleza, nuestros vecinos.. y una perspectiva de futuro lo suficientemente
estable como para desarrollar los fundamentos del carácter y la crianza de una
nueva generación. Ciertamente estos requisitos no pueden ser sustituidos por la
abundancia de bienes materiales”
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