No ha tardado demasiado el Partido Popular en reconocer lo obvio.
Una obviedad que nace ese relato totalitario que, desde la responsabilidad mal entendida, prácticamente conmina al PSOE a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, el líder del primer partido político imputado por corrupción.
Como no era dificil suponer, siempre y cuando no se abandonara el intelecto a la confortable calidez de ese relato único, esa abstención sin más no garantiza una legislatura estable a los populares.
Y sabiendo que yendo a unas terceras elecciones obtendría mejores resultados, los populares quieren más.
Publica El Mundo lo siguiente: "En caso de no obtenerlas, previsiblemente el candidato del PP no consideraría factible la investidura porque conduciría a la formación de un Ejecutivo sometido a continuos vaivenes e incapaz, muy probablemente, de aprobar los Presupuestos Generales del Estado" (Leer más)
Y ahora para terror de los formales y responsables llega la segunda parte del relato que no es otra cosa que ese chantaje de la investidura extendido a cuatro años.
Así, en España, podríamos asistir a la presión antidemocrática de un partido obligado a abstenerse hasta la eternidad porque, y si nos ponemos estupendos, dónde termina ese sentido de la responsabilidad.
Será la cobardía de unos y el poder de los otros quienes definan ese límite, pero lo único seguro es que en este juego miserable y perverso se está poniendo por delante los intereses del Partido Popular con respecto a los planteamientos del resto de partidos y, por extensión, de los ciudadanos que les votan.
Haciendo una reducción al absurdo podríamos llegar a la locura de un partido obligado por su sentido de la responsabilidad a favorecer la gobernabilidad del país por parte de otro partido con quien dice tener diferencias irreconciliables durante toda la legislatura.
¿Dónde está la política? ¿Y la democracía?
Ese perverso sentido de la responsabilidad anula la existencia de otros mundos, de otras maneras de hacer las cosas que llevan a decir no... porque, en el fondo, es necesario y obligatorio decir sí.
Alguien, por encima del pueblo español, ha decidido que sea Rajoy quien gobierne y todos los que se opongan serán pulverizados.
Si no hay condiciones de gobernabilidad, habrá terceras elecciones y os aseguro que el Partido Popular no será presionado como lo está siendo el PSOE, la culpa seguirá siendo de estos porque la línea que define la responsabilidad se habrá extendido al interior de la legislatura.
Consignas y débiles mentales para creerlas y expandirlas no van a faltar... por algo los políticos nos toman por tontos.
La hoja de ruta continua.
Vamos a terceras elecciones o a una legislatura con los votos del PSOE gentilmente cedidos al PP en los asuntos esenciales por los tuercebotas que lideran ese cadaver con sedes y seguidores por toda España.
La burla de la democracia.
Una obviedad que nace ese relato totalitario que, desde la responsabilidad mal entendida, prácticamente conmina al PSOE a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, el líder del primer partido político imputado por corrupción.
Como no era dificil suponer, siempre y cuando no se abandonara el intelecto a la confortable calidez de ese relato único, esa abstención sin más no garantiza una legislatura estable a los populares.
Y sabiendo que yendo a unas terceras elecciones obtendría mejores resultados, los populares quieren más.
Publica El Mundo lo siguiente: "En caso de no obtenerlas, previsiblemente el candidato del PP no consideraría factible la investidura porque conduciría a la formación de un Ejecutivo sometido a continuos vaivenes e incapaz, muy probablemente, de aprobar los Presupuestos Generales del Estado" (Leer más)
Y ahora para terror de los formales y responsables llega la segunda parte del relato que no es otra cosa que ese chantaje de la investidura extendido a cuatro años.
Así, en España, podríamos asistir a la presión antidemocrática de un partido obligado a abstenerse hasta la eternidad porque, y si nos ponemos estupendos, dónde termina ese sentido de la responsabilidad.
Será la cobardía de unos y el poder de los otros quienes definan ese límite, pero lo único seguro es que en este juego miserable y perverso se está poniendo por delante los intereses del Partido Popular con respecto a los planteamientos del resto de partidos y, por extensión, de los ciudadanos que les votan.
Haciendo una reducción al absurdo podríamos llegar a la locura de un partido obligado por su sentido de la responsabilidad a favorecer la gobernabilidad del país por parte de otro partido con quien dice tener diferencias irreconciliables durante toda la legislatura.
¿Dónde está la política? ¿Y la democracía?
Ese perverso sentido de la responsabilidad anula la existencia de otros mundos, de otras maneras de hacer las cosas que llevan a decir no... porque, en el fondo, es necesario y obligatorio decir sí.
Alguien, por encima del pueblo español, ha decidido que sea Rajoy quien gobierne y todos los que se opongan serán pulverizados.
Si no hay condiciones de gobernabilidad, habrá terceras elecciones y os aseguro que el Partido Popular no será presionado como lo está siendo el PSOE, la culpa seguirá siendo de estos porque la línea que define la responsabilidad se habrá extendido al interior de la legislatura.
Consignas y débiles mentales para creerlas y expandirlas no van a faltar... por algo los políticos nos toman por tontos.
La hoja de ruta continua.
Vamos a terceras elecciones o a una legislatura con los votos del PSOE gentilmente cedidos al PP en los asuntos esenciales por los tuercebotas que lideran ese cadaver con sedes y seguidores por toda España.
La burla de la democracia.
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