Bach, Mozart, Haendel... Grandes clásicos pasados por el tamiz de Richar Cleyderman suenan en los trenes de cercanías madrileñas.
El resultado es un inquietante aroma a frenopático, a "mundo feliz" interpretado por Mel Brooks.
Los últimos nazis que quedan se dedican a programar el hilo musical.
Prefiero el silencio.
El silencio constituye una buena compañía en algún momento de nuestro tiempo , quizás es el único que nos ayuda a adentrarnos en nuestra alma.
ResponderEliminarAunque he de decir que me parece excesivo llamarles nazis a quienes programan el hilo musical en los trenes.
JAJAJAJA..Estoy de acuerdo..
ResponderEliminarEn el año del 250 aniversario de Mozart es preferible oírlo a él...;pero recordemos que el libro de los gustos está en blanco...
ResponderEliminarYo me quedo con un buen silencio a veces pero tampoco lo encontramos fácilmente...
Saludos...