EL GUÍA DEL DESFILADERO
De una forma u otra, no siempre para bien, el espíritu de la serie B sigue presente en el mundo del cine actual y "El guía del esfiladero" es un buen ejemplo de esta permanencia.
Historias sencillas, personajes esquemáticos pero interesantes siempre por su carácter arquetípico y esencial (héroes, villanos, amadas, escuderos, maestros....), narración eficaz... Este relato de un hipotético conflicto entre indígenas norteamericanos y vikingos no pasará sin duda alguna a la historia del cine, pero estoy convencido que "El guía del desfiladero" será una película que muchos acabaremos teniendo en casa y que nos acabará resolviendo el ocio de cualquier par de horas perdidas.
No hay nada más en Pathfinder que la emergencia y lucha de un héroe por reestablecer un orden inicial y arcádico cuya existencia se ve comprometida por la llegada de unos terribles y brutales invasores. La misma historia que, con ligeras o importantes, variaciones venimos escuchando los humanos desde la larga noche de las cavernas.
El mito del héroe y su titánico esfuerzo por mantener un determinado orden de vida ante la injerencia -siempre agresiva- de agentes externos.
"El guía del desfiladero" se deja ver con cierto interés, aunque uno sabe que la voluntad del héroe terminará por prevalecer. En este sentido, resulta previsible, pero esa previsibilidad nos relaja y tranquiliza. No nos produce rechazo, como si cada cierto tiempo necesitáramos reunirnos para escuchar que el bien siempre termina prevaleciendo sobre el mal.
Después de todo, cada uno de nosotros somos el héroe y protagonista de nuestra propia vida.
Necesitamos escuchar y ver, por obra de otros, que nuestros esfuerzos serán recompensados y al final prevaleceremos.
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