lunes, octubre 15, 2007
ARGENTINA VS. SUDÁFRICA
Hubiera sido demasiado bonito... Argentina, en la final... Demasiado bonito.
El sueño terminó abruptamente, con la escuadra Argentina estrellada contra el sólido muro sudafricano.
La selección africana -aunque no lo parezca- resultó ser lo que parecía: un equipo superior en físico, con claridad estratégica y versátil en cuanto las respuestas tácticas, lleno de calidad y velocidad en las alas, lleno de inteligencia y fuerza bruta por el centro... Un inabordable rival, en definitiva, que pronto puso tierra de por medio en el marcador y que, además, apenas cometió errores. Aspecto sobre el que argentina pareció edificar buena parte del endeble edificio de su estrategia, demasiado previsible y racana, centrada en la patada a seguir y la agazapada espera de una imposible oportunidad que jamás terminó de llegar.
Además, quiénes cometieron los errores fueron los argentinos: malas recepciones, robos de balón sobre ataques jugados a mano que los sudafricanos parecían esperar tranquilamente para, acto seguido, salir corriendo como inalcanzables gacelas en busca del ensayo.
El deporte tiene estas cosas, la clara constatación del propio límite al ponerlo en juego con las capacidades del contrario.
En fin, el sueño queda en sueño. A lo sumo, en esperaza de futuro si es que se es capaz de aprender de la experiencia. Nada más que decir además de felicitar a los "pumas" por la proeza de haber alcanzado esta semifinal y quizá añadir la constatación de una certeza porteña.
En cualquier deporte y estando la selección argentina sobre la cancha, el resultado siempre es el mismo, un partido trabado y bronco en el que el contrario tiene que poner algo más que juego para ganar... cosa que los sudafricanos -aunténticas moles jurásicas de músculo- tuvieron en mayor cantidad y de sobra.
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