BIENVENIDO MR. CHANCE
Basada en una novela homónima escrita en 1971 por el escritor polaco-americano Jerzy Kosinsky, "Bienvenido Mr. Chance" es una fascinante parábola sobre la seducción.
Magníficamente interpretado por el brillante Peter Sellers (quién siempre quiso interpretar este personaje y que curiósamente terminó siendo el último de su carrera), Chance es un retrasado que ha trabajado toda su vida apartado del mundo, trabajando como jardinero y sin salir de la casa que ha estado cuidando.
La inevitable muerte por vejez de su señor le obliga a abandonar la casa y salir a la ciudad de Washington donde, y tras una serie de peripecias, acaba convirtiéndose en amigo personal de uno de los hombres más influyentes del país.
Allí, y de la mano de la fascinación que despierta en ese hombre tan influyente, su opiniones simples acabarán alcanzando la influencia suficiente como para determinar el discurso del propio presidente de los Estados Unidos.
La simpleza de Chance le convierte en una especie de espejo donde cada personaje encuentra su propio reflejo.
En este sentido, Chance es la seducción en estado puro. Enfrentados a su simple discurso (respetuoso, reactivo y centrado en la jardinería) todos los personajes terminan por transferir a sus palabras un significado que está en ellos mismos y que sólo puede manifestarse con Chance como vehículo.
El encanto de Chance está ahí.
Sus palabras son una especie de grado cero del discurso, una forma que está a la espera de un signficado aportado por los interlocutores de forma que todos se realizan con él y a través de él. Así, Chance se convierte en un intermediario, un catalizador de espíritus sin salir de su autista mundo interior.
Nadie le ve tal y como es, como un retrasado que sólo habla de jardinería, porque todos se están viendo a ellos mismos.
Chance es como aquel marciano protagonista de uno de los relatos escritos por Ray Bradbury en su maravillosa "Crónicas marcianas" cuyo nombre no recuerdo. Un personaje que era capaz de transformarse en aquello que los humanos que le salían al paso más añoraban de su mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario