UNA MENTE MARAVILLOSA
Siempre me resulta placentera la visión de esta maravillosa y emocionante historia de superación personal.
La prodigiosa mente de Nash era capaz de ver sentido incluso allá donde no existía. Del mismo modo que descubre para el Pentágono la clave numérica que delata a una operación soviética de espionaje, también es capaz de percibir sentido en la combinación de palabras y letras de los periódicos y revistas.
Esa es la raíz de su locura.
En el cielo estrellado su inteligencia le permite descubrir la forma de una paraguas o de un pulpo. Y en cierto sentido, una hoja escrita se asemeja a ese cielo estrellado. Encierra formas, sentidos, que Nash descubre y asocia a incesantes conspiraciones soviéticas.
Cada letra es un punto de luz susceptible de ser conectado con otros. Es el grado cero del sentido. Donde todo es susceptible de significar cualquier cosa.
La mente de Nash se convierte así en una incontrolable máquina generadora de relatos, de significados que acaban apoderándose del propio creador con su aplastante lógica descubierta. Y en la inconsciente fuente generadora de ese sentido subyace la irracionalidad de todos los traumas y miedos de un ser diferente en un mundo de iguales.
Como a veces sucede a los héroes de las historias de siempre, su principal poder se convierte en su principal debilidad. Pero Nash, haciendo gala de esa heroica condición, consigue superar esas circunstancias utilizando su propia mente.
Primero, comprendiendo que la niña no puede ser real porque no envejece.
Finalmente, ignorando a esos fantasmas. Convirtiéndose en un loco para sus propias alucinaciones que le seguirán de por vida sin dar crédito.
Maravillosa mente la de Nash.
Ante el logro de conseguir que los demonios te persigan asombrados y en silencio, todas sus teorías palidecen y se desvanecen en el cielo.
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