domingo, febrero 10, 2008

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"La Escuela de Francfort no niega la utilidad y la necesidad de la razón instrumental. Forma parte de la condición humana. Razonar y actuar eficazmente, inventar herramientas e instrumentos, determinar la vía más segura y más rápida con vistas al resultado, trabajar y organizar: todo eso es indispensable en un mundo que no es un paraiso. La supervivencia de la humanidad tiene ese precio. Pero la simple y pura supervivencia no basta para definir una vida verdaderamente humana. Garantizar las condiciones de la supervivencia no dice nada acerca del sentido de la vida ni de los fines de la existencia. Ahora bien, los representantes de la Escuela de Francfort comprueban que hoy en día la razón y la actividad instrumental se han extendido a tal extremo que ya no dejan espacio a otras formas de pensamiento y acción"

2
"Lo característico de la razón instrumental es que sólo versa sobre el cálculo de medios. Se trata de una delimitación sensata mientras no aspire a reducir a ella toda la razón, como si ésta sólo pudiera ocuparse legitimamente de los medios. El triunfo de la razón instrumental es peligroso porque excluye la razón de discursos y prácticas que no versan de los medios sino sobre los fines, los valores, las elecciones y las decisiones. Si se confina la razón a la cuestión de cómo realizar, ¿qué instancia definirá qué debemos realizar y por qué?"

3
"Se acepta como evidente que el desarrollo tecnológico tiene como finalidad el progreso humano y que fuera de él no hay salvación. La verdad es que en una civilización tecnológica ya no queda espacio para discutir racionalmente sobre fines y valores"
(La Escuela de Fráncfort: teoría crítica y filosofía de la comunicación)

Parece una tontería, pero el hombre ha desaparecido tras su capacidad para el progreso tecnológico. Una parte de él, la capacidad de fabricarse instrumentos y tecnologías que le permitan habitar con más confortabilidad un mundo lleno de peligros, incluso intentar dominarlo, ha eclipsado otras, las que podían dar razón del por qué, para qué o hacia dónde debe llevarnos ese progreso.

La razón instrumental no nos va a servir de nada cuando tengamos que afrontar temas como el agotamiento al que nuestro progreso tecnológico esta sometiendo al planeta o el agotamiento que las estructuras organizativas sociales subsumidas al esfuerzo productivo ciego están produciendo en el propio ser humano... Ya empezamos a tener que afrontar el problema.

La consigna es crecer y crecer, producior y producir, trabajar y trabajar, consmuir y consumir, pero cuál es el límite.

Por ahora, sigue funcionando la apelación a las indudables mejoras que el progreso tecnológico ha introducido en nuestras vidas. Es cierto que nuestras vidas están llenas de aparatos, organizaciones e instrumentos que hacen mucho más fáciles y cómodas nuestras vidas. La razón instrumental nos ha funcionado para hacernos un lugar más cómodo en el mundo, pero el debate no debe terminar ahí.

El ser humano es mucho más que la fantástica suma de objetos de los que ha sabido dotarse.

Hay preguntas que responder.

Preguntas tan difíciles como ¿cuál es el propósito o el sentido de todo ésto? o ¿hasta dónde podemos llegar en el esfuerzo de crecimiento? ¿podemos ser todos igual de ricos o debemos ser todos igual de pobres? ¿el mundo puede sostenernos? ¿es un buen sitio para el hombre el mundo que estamos construyendo?

Tenemos muchas cosas, muchos objetos, pero carecemos de grandes ideas que estructuren intelectual y mentalmente ese proceso, que le den un sentido y un lugar.

La ciencia y la tecnología no tienen respuestas para éso.

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