INOLVIDABLE
Tampoco estaba mal "All that jazz".
Sobre todo esta apoteósica secuencia final que escenifica en todos los sentidos la muerte del protagonista, un "alter ego" del propio Fosse que por aquel entonces ya estaba sumido en una intensa espiral vital que no tardaría en acabar con él.
Fosse ya había sufrido algún que otro problema coronario y el genial coreógrafo se encontraba en una encrucijada. Su cuerpo ya no podía seguirle en un brutal ritmo vital y profesional. De esa asumida angustia y de una decisión tomada de continuar adelante hasta donde su cuerpo le llevase, surge "All that jazz" con todo su poder de desesperado nihilismo.
Joe Gideon: To be on the wire is life. The rest is waiting.
Gideon como Fosse decide seguir.
No quiere sentarse a esperar entre medicinas y médicos, prefiere hacer que las cosas le sucedan y una de esas cosas que llegarán será su propia muerte encarnada en esa apoteósis de música y baile.
No debe ser tan terrible morirse si la gente que te quiere está ahí para aplaudirte, Ben Vereen está ahi para bailar y animar el cotarro, la banda sabe tocar y la muerte te sonríe al final del tunel... o, al menos, éso era lo Fosse creía.
"Al menos ya no tendré que mentirte nunca más", le dice Joe Gideon en la apoteósis de la despedida a su pareja.
Joe Gideon: [Joe is dying] Hey, at least I won't have to lie to you any more.
El brutal nihilismo de "All that jazz" se hace hermoso en un par de brillantes segundos que revelan la magia del cine en toda su intensidad.
Fosse era también un autor y, a su entender, el espectáculo estaba terminando para él. Y nadie mejor que el genio de Fosse para saber cómo hacer que una obra termine... Ese glorioso baile de Ben Vereen y sus dos orgánicas birmettes es un buen comienzo.
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