domingo, febrero 24, 2008

LA GUERRA DE CHARLIE WILSON

Después de haber visto últimamente tan buen cine, tengo que confesar que esperaba un poco más de esta película que cuenta la sorprendente influencia que un congresista tejano tuvo en el final de la guerra fría.

Aunque la película tiene buenos momentos, la mayoría de ellos protagonizados por el personaje que tan ajustadamente interpreta Pehillip Seymour Hoffmann, en general no termina de prender, de agarrar, permaneciendo la mayor parte de su tiempo en un tono frío y anodino que en nada beneficia a una historia que hubiera necesitado en los ojos del narrador y del guionista buena parte de la mala leche que derrocha el personaje de Hoffmann.

En nada ayuda además, la interpretación vacía de Tom Hanks cuyo personaje carece de la intensidad y penetración que debiera tener. Hanks parece incómodo en la piel de un personaje tan libertino e inmoral. Es incapaz de dotarle de la necesaria aura de fascinación que sospecho el congresista Wilson podía tener, pareciendo echar de menos una película con Meg Ryan en algunos momentos.

De todos modos, la película no es en absoluto despreciable.

Se sigue con atención e incluso encierra en su final una tibia condena a la política de los Estados Unidos en Afganistán, aunque nada tiene que ver con los valores intrínsecos de la película si bien se añade en su final y uno tiene la sensación de haber recibido un mensaje de provecho.. que por cierto es bastante obvio si uno ha leído suficientes periódicos desde aquel entonces.

Pero ofrece mucho menos de lo que sospecho hubiera podido dar si no se hubiera optado por tratar la evidente incorrección política de Charlie Wilson y su entorno de una forma tan políticamente correcta.

¿Que habría conmovido más al verdadero Charlie Wilson? ¿El campo de refugiados con todas sus tragedias o el personaje de Julia Roberts saliendo de la piscina?

El resultado fue el mismo para los afganos, pero -creo- que los espectadores de hoy en día habríamos visto una película muy diferente.

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