martes, abril 15, 2008

Diseña con premeditación su silencio mientras la escucha explicarse.
Todo encaja.
Una cosa es por una cosa y otra es por otra... pero todo encaja.
Termina de hablar.
Su mirada es clara y su sonrisa es pura.
No está dispuesto a discutir con ella cuestionando esa paz que a ella tanto le ha costado alcanzar.
Después de todo se trata de diferentes puntos de vista.
No hay una verdad absoluta.
Y, lo que es más importante, no está dispuesto a fracturar esa paz que ella destila como un faro en la noche oscura, en esa propia e intransferible noche oscura en la que él vive desde tiempo inmemorial.
Una cosa es por una cosa y otra es por otra.
Para ella todo encaja.
Por primera vez en mucho tiempo todo tiene sentido para ella,
su sentido,
y él no lo va a cuestionar,
prefiere contemplar la serena belleza con que le contempla.
Para ella todo encaja.
Amen.

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