miércoles, abril 09, 2008

SOBRE EL PLACER Y EL DOLOR

Las cosas (y las personas) valen lo que valen y uno tiene que estar dispuesto a pagar su justo precio tanto por tenerlas como por no tenerlas.

Cualquier otra acción implica adulterar las invisibles leye que rigen el mercado de las emociones. Irremediablemente nos incapacita para percibir justos valores futuros bien porque queremos sentir placer a toda costa, bien porque queremos evitar a toda costa el dolor.

Todo tiene su momento.

El placer lo tiene... pero el dolor también.

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