viernes, mayo 30, 2008

AIR FORCE

Mucho se ha hablado del cine soviético como vehículo de expresión de un mundo y unas ideas, pero el cine norteamericano de la década de los treintas y de los cuarentas del pasado siglo jugó un papel similar para la gran potencia en ciernes de confirmar ese poder.

Parte importante de este esfuerzo, entre aleccionador y motivador, son todas las películas que Hollywood produjo durante la II Guerra Mundial como contribución al sostén del esfuerzo bélico. "Air Force" es una de ellas y sin duda se encuentra entre las mejores.

La historia que se nos cuenta es la de la tripulación del bombardero B-26, Mari Anne, el mismo nombre que la Libertad tiene para los franceses. Su vuelo hacia el interior del Pacífico es un viaje que llevará a sus tripulantes desde la tranquila paz de sus vidas hacia el interior de una guerra que caerá por sorpresa sobre cada uno de ellos, esperando una respuesta.

Uno tiene la impresión de que el vuelo que comienza en la noche del 7 de diciembre de 1941 y que les conduce a un amanecer de Pearl Harbour en llamas sólo terminará cuatro años después sobrevolando, atómico, el cielo del Japón.

Como en todas las películas de su tipo, "Air Force" pone el acento en los personajes y en sus respuestas emocionales a una tragedia que, en este caso, inesperadamente cae sobre sus desprevenidas espaldas. Cada uno de los miembros de la tripulación del bombardero encontrará en su interior la forma de dar su propia respuesta, pero también en el colectivo, como agente catalizador de ese encuentro con uno mismo.

El mensaje es el de la inflexible unidad de un potente grupo compuesto por individuos fuertes, porque cada uno de ellos tiene muy claro por qué están luchando y lo que se espera de ellos.

Simplemente, continúando hacia delante, cada uno de los tripulantes del Mary Anne se convierten en héroes ante los ojos del espectador.

No hay que hacer nada especial para convertirse en un héroe, sólo aguantar en pie tras la ametralladora intentando derribar al siguiente avión japonés. Heroicidad al alcance de todos. Necesaria e imprescindible para ganar una guerra.

Mención especial para el veterano Harry Carey y para un joven John Garfield que compone uno de sus personajes oscuros con su habitual maestría.

Magnífica película.

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