LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL PRINCIPE CASPIAN
Aunque se deje ver, nada nuevo aporta esta segunda entrega narniana con respecto a su predecesora.
Ha pasado el tiempo, cientos de siglos narnianos en el lapso de tiempo terrestre de un año, y los cuatro monarcas supremos son ahora personajes mitológicos llamados para restaurar un orden perdido.
El destino de esa tierra virtual dependerá de sus jóvenes manos una vez más y asistiremos durante algo más de dos horas a sus esfuerzos denodados por evitar el desastre.
Nada más.
Uno sale de cine y enseguida ha olvidado incluso los rostros de los personajes.
Otra muestra más del cine como producto de ocio. La tercera dimensión de profundidad que pudiera aportar la poesía de C.S. Lewis, su creador, ha sido sacrificada para producir un relato bidimensional que sólo aspira a resultar entretenido, cosa que además sólo consigue a medias.
Es curioso, Las adaptaciones Disney han perpetrado las grandes obras maestras de literatura infantil anglosajona desde que la factoría comenzó a funcionar.Pero con las crónicas narnianas no estoy tan de acuerdo. Narnia me parece una obra singular, no una obra maestra, Narnia es para mí un guiño a la cultura occidental, una especia de aleph, un popurrí donde se alternan Hamlet, las mil y una noches, el olimpo de los dioses (qué otra cosa es narnia), La tragedia de Cassandra, la reina de las nieves y Dios en forma de león radiante. Es curioso y está escrita con la suprema corrección con la que escriben los ingleses que tuvieron un pierna en un siglo y otra en otro, pero nunca me pareció una obra maestra. Las películas de Narnia de Disney son correctas, tienen bellos paisajes, batllas estéticas y un desarrollo lineal de sus guiones que en ocasiones puede ayudar a desvelar , de mejor manera, el nudo en el que Lewis sumerge a sus lectores en algunos casos. Me ha gustado la película, la verdad
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