Todo el mundo pierde algo que quiere o desea en The Yards. Nadie sonríe salvo al principio, cuando Leo Handler (Mark Wahlberg) regresa al hogar después de haber pasado una temporada en la cárcel. Pero las cosas enseguida si complican, siguiendo una especie de negro karma de la acción, como si ese estado de felicidad fuera un engañoso espejismo que no tarda en disiparse por obra de uno u otro de los personajes implicados en una trama que aparece poco a poco, conforme Leo Handler, de la mano de su amigo Willie Gutierrez (Joaquin Phoenix) se interna en el complicado mundo que rodea al ferrocarril metropolitano de Nueva York.
Buscando rehacer su vida, Handler estará a punto de perderla al encontrarse por casualidad en el centro de una peligrosa trama de complicadas intrigas y fraudulentos intereses en los que su propia familia se verá implicada como sujeto agente y paciente.
Aunque esté rodada en color, The Yards es una película en blanco y negro en la que las miradas, silencios y palabras justas no siempre dichas a tiempo se suceden mientras el destino va sucediendo inexorablemente a golpe de errores y aciertos de todos los personajes que la protagonizan.
Malas familias y malas calles.
Merece la pena verla.
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