LA CAJA KOVAK
La sombra de Alfred Hitchcock es alargada y esta película de Danial Monzón vive y se alimenta de muchos estilemas que están presentes en las películas del director inglés. Principalmente, una trama en la que el héroe se convierte en víctima de un incomprensible puzzle que poco a poco deberá ir desentrañando tirando del hilo que van componiendo la sucesión de indicios que la historia pone a su paso.
Pero además "La Caja Kovak" encierra en el fondo de su músculo de "thriller" el interesante corazón de una trama "granguiñolesca" y literaria... la de un personaje que pretende dictarle a un autor la historia que éste debe escribir.
Sobre el papel la propuesta me parece impecable, pero, y sin embargo, algo falla, para mi gusto, en el momento de llevarla a escena. Seguramente, toda la carga emocional con que Hitchcock rellenaba la trama de sus "thrillers", generalmente relaciones sádicas y perversas basadas en la dominación y el poder, que sublimaban de múltiples y tortuosas maneras lo sexual... Siempre había un grado mayor o menor de morbo en las historias que Hitchcock relataba y, por ejemplo, la relación entre Kovak y el protagonista se queda en un mero ejercicio de antagonismo superficial. Daba para muchos más matices que los que apenas muestra mediante unos diálogos que suenan siempre manidos y familiares.
Esa carga emocional está ausente en "La caja Kovak", que resulta una película demasiado fría. Entretenida sin más, pero que jamás llega a superar el umbral de interesar realmente a la mirada del espectador. Daniel Monzón, su director, muestra sufrir la misma enfermedad que Jose Luis Garci: la enfermedad del cliché cinematográfico. La autocomplacencia de saberse rodando las mismas películas que él, como crítico, ha visto y amado sin aportar nada más que la mera combinatoria de géneros, imágenes y situaciones. No se trata de interpretar a Shakespeare sino de imitar a Olivier o Gielgud interpretando a Shakespeare y en ese matiz desaparece toda la verdad e intensidad que pueden tener todas sus propuestas cinematográficas.
En alguna parte la verdad del original se ha perdido y se toma la copia, la versión que otros han producido de esa verdad para intentar construir con ello algo auténtico.
En este sentido, "La caja Kovak" resulta correcta, seguramente entretenida, pero carece por completo de la verdad que hace que las películas traspasen la pantalla.
No es un original.
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