No está mal la primera temporada de "Life on Mars".
Desde el coma en que se encuentra, el inspector Sam Tyler viaja en el tiempo, dentro de su mente, al Manchester del año 1973 para comprender ciertos aspectos de su vida relacionados con su infancia y la desaparición de su padre.
Comprobará que las cosas no pueden ser de otra forma diferente a aquella en la que sucedieron y se liberará de su deseo de cambiarlas... porque a veces confundimos la felicidad con la facilidad e intentamos que las cosas no se compliquen. Preferimos la felicidad, la tranquilidad, pero la vida no es éso.
Es mucho más.
La complejidad está en todas partes y hay que aceptar esa complejidad con todas sus consecuencias.
Y éso es lo que hace Sam Tyler mientras Bowie canta "Life on Mars". Aceptar el hecho de que las cosas no pueden ser tal y como las desea.... porque, y entre otras cosas, hay otros deseos diferentes en juego.
La felicidad es un sentimiento sobrevalorado.
El último sentimiento antes de tirar la toalla, hacernos a un lado y envejecer, porque la vida es lucha, sorpresa, alegría, fracaso, éxito, cosas que no nos gustan y cosas que nos gustan, una escapada loca hacia el mar al modo de Antoine Doinel.
Y por supuesto también está el Inspector Hunt....
Gene: I think you’ve forgotten who you’re talking to.
Sam Tyler: An overweight, over-the-hill, nicotine-stained, borderline-alcoholic homophobe with a superiority complex and an unhealthy obsession with male bonding?
Gene: You make that sound like a bad thing.
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