Hay una escena en la película argentina El secreto de sus ojos que me fascinó cuando la vi por primera vez. El investigador busca a un asesino desaparecido y su amigo Sandoval le dice una frase que se me quedó grabada: “El tipo puede cambiar de casa, de nombre, de trabajo… pero nunca va a cambiar de pasión” . Entonces lo entendí como algo bello: la pasión como raíz firme de identidad, una fidelidad que sobrevive al miedo y al tiempo. Me conmovió pensar que algo así podía definirnos para siempre. Pero, con los años, empecé a mirar de otro modo esa fidelidad absoluta. Soy simpatizante del Atlético de Madrid y no soy un buen aficionado según los estándares actuales. Hay cosas que veo, no me gustan y lo digo. He visto cómo, a lo largo de la última década, la relación entre la afición y el equipo ha cambiado. Con la llegada de Diego Simeone , el club consolidó un relato que exalta la entrega sin condiciones: luchar, sufrir, creer hasta el final. Ese discurso, que al principio unió a la hi...
hola carlos, yo creo que humano y frágil son términos casi opuestos...
ResponderEliminarpiénsalo
No se yo.... y qué hay de aquella insoportable levedad del ser que tan bien conocía Kundera.
ResponderEliminarKundera era un poco petardo, con todos mis respetos. Hay que mojarse para sentir la humedad. Si se está siempre en la orilla... es insoportable la sequedad del ser. Pero bueno, eso es mi forma de verlo, que desde luego está probado que no es la mejor.
ResponderEliminar¡jajjajajjaj!
ResponderEliminarBueno... Es la tuya y hay que ir a muerte con ella. Pero no me negarás que nos hace un poco frágiles el hecho de poder desaparecer en cualquier momento.
Otra cosa es que diseñemos una fortaleza por encima de esa fragilidad...
Carlos, no te entiendo. Diseñar una fortaleza por encima de esa fragilidad ¿es malo o bueno? Mi fortaleza son mis amigos y mis ganas de llegar a la cima para ver el bonito paisaje que adivino.
ResponderEliminarPues no se si es malo o bueno. Sólo intentaba conciliar tu idea de fragilidad con lo que había escrito en el poema.
ResponderEliminarY creo que por debajo de cualquier debilidad o fuerza subyace esa fragilidad esencial que, precisamente, nos hace fuertes o débiles, según cómo lo interpretemos o nos salga de dentro.