miércoles, diciembre 31, 2008




















FRINGE

Las expectativas son una variante menos poética de las esperanzas y como ellas tienen un lado oscuro. Son como el papel. Todo lo aguantan. Sobre su blanca superficie nuestro deseo puede proyectarse libre e omnipotente dibujando interminables arabescos cuyo sentido quizá apenas intuya. Por éso, casi siempre, tener demasiadas esperanzas sobre algo o alguién es el peor favor que le podemos hacer a ese algo o a ese alguién. Colocamos su finita y limitada condición junto a la infinita e ilimitada capacidad de esperar que tiene nuestro deseo... y la comparación casi siempre es odiosa.

Todo este rollo para decir que decepción es el sentimiento que despierta en mi la visión de los primeros capítulos de la nueva serie surgida de la factoría de misterios de J.J. Abrams.

No es que estén mal, no, pero quién les escribe esperaba algo más, algo diferente y no una especie de revisitación de Expediente X.... Hasta la banda sonora en ciertos momentos recuerda a la histórica serie de Chris Carter.

Del mismo modo que para Mulder y Scully, para los protagonistas de Fringe, la verdad está ahí fuera, oculta tras los alargados tentáculos de una misteriosa multinacional que conspira (en lugares mejores iluminados y sin tabaco, eso sí) contra el mundo conocido vaya usted a saber con qué intenciones, una conspiración que como si se tratase de síntomas psicoanalíticos se manifiesta una serie de casos extraños que deben ser investigados.

Es cierto que Fringe pone el énfasis en la ciencia, en esa zona fronteriza entre ciencia y fantasía de la que surgen las hipótesis más descabelladas. No hay, por el momento, intrigas paranornales. Sólo fenómenos inexplicables que sus intelectualmente superdotados protagonistas descifran con sorprendente facilidad.... (ya era hora que el colectivo de superdotados protagonizaramos una serie mass media ¡jajajajaj!)

En fin, y aunque por ahora se deja ver, Fringe no ha ingresado en mi panteón de series ilustres. Allí están, "The Wire", "Los Soprano", "Roma", "Deadwood", "Band of brothers" y quizá "Carnivale", dependiendo de cómo se resuelva la segunda y última temporada que no tardaré en ver. 

Demasiada dinamita para tan poco pollo.

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