Y todo este mar que permanecerá cuando él ya no esté 
se mantiene indiferente a su mirada
disparada hacia el perdido horizonte,
colgada como una telaraña de las estrellas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasión o sumisión: lo que el fútbol argentino enseña al Atleti

La paradoja trágica de Charlie Kirk