No creo que "Guerra y paz" esté entre las obras maestras de King Vidor.
Desde luego, el director norteamericano parecía el adecuado para hacer suya la historia y llevarla a la gran pantalla. Toda su filmografía está repleta de personajes cuyas motivaciones no son básicas y animales sino, por el contrario, están animados por inquietudes más cercanas a la búsqueda de un sentido o de una esperanza fundada en algo más que lo material. Sus personajes son románticos: se sacrifican y mueren por amor, asumen cualquier riesgo por buscar lo que ellos consideran la verdad. Y, en este sentido, los personajes de "Guerra y paz", especialmente Pierre, pueden pasar perfectamente por personajes de Vidor.
No obstante, cuando los 200 minutos de película terminan uno se queda demasiado frio. Después de todo lo que ha sucedido, batallas de Austerlitz, Borodino y retirada del ejército Napoleonico de Rusia incluidas el final llega casi de una forma rutinaria, como si ya no quedaran más personajes a su alreedor y a Pierre y Natascha no les quede otro remedio que amarse.
No se... Falta algo. Seguramente porque se pretende abarcar demasiado de una novela que quizá, por su monumentalidad, le viene muy grande el formato cinematográfico. Y para estos casos, siempre recuerdo la adaptación que Elia Kazan hizo de la monumental obra de Steinbeck, "Al este del eden", centrándose en una parte, la que él consideraba esencial para transmitir lo que el consideraba el sentido emocional de la historia.
Hay demasiado dispersión y, por lo tanto, falta intensidad. La película discurre a mil kilómetros de distancia de la mirada del espectador, como nubes dibujando formas en el cielo.
Y para colmo, los actores principales, Henry Fonda y Mel Ferrer, no ayudan en nada. Ambos están demasiado frios, como pasando por ahí, no contribuyendo en casi nada a que la historia funcione desde lo emocional.
Obra fallida, en definitiva.
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