Hay películas que te gustan, que reconoces que están bien y que estarías dipuesto a volver a ver cuantas veces fueran necesarias y hay otras que te llegan, te conmueven intensamente con sus mancias y sus artes. "Déjame entrar" entra dentro del segundo grupo. Por derecho propio entra a formar parte de mi imaginario y simbólico panteón (nunca mejor dicho) de películas inolvidables y favoritas.
Los caminos de "Déjame entrar" son pistas apenas transitadas dentro del género de terror al que aparentemente parece adscrita por su temática. Es cierto que hay vampiros... pero también una brutal fisicidad, bastante desagradable, en todo lo que tiene que ver con la carne y la sangre, pero también, entre tanta oscuridad hiperbórica, brilla la historia de un encuentro entre dos seres diferentes y distintos, que se encuentran solos en un mundo de iguales.
Es este contraste entre brutalidad y sensibilidad lo que más me fascina de esta hermosa historia de amor loco con la soledad como helado espacio sobre el que edificar una espacio para la calidez de un acuerdo que va siendo más y más intenso, en contra de lo que para cada uno de los dos debiera ser lo correcto.
Entre tanto lugar común e inmerso en el interminable baile de las mismas imágenes de siempre, agradezco más que nada el mundo el asombro y la emoción que me ha proporcionado la visión de "Déjame entrar".
Lo único que siento es que ya no podré verla por primera vez nunca más.
Demasiada tensión para ser ficción.
ResponderEliminarNo crea, señor Marqués.
ResponderEliminarEs una gran película... aunque un poco desagradable en ciertos momentos. Demasiado orgánica...
Déjame entrar en Suecia, el frío suele cambiar todo; Ví la mitad de la película , un niño que aguanta y aguanta, la 'segunda' parte toca ésta noche. La re inventaré a trozos así siempre pensaré que es cómo la pimera vez ;) Pasará lo mismo con las personas que conocemos "la primera vez" que luego la segunda etc ya no es lo mismo? al no ser que te dejen entrar..
ResponderEliminarEso seguro... La segunda nunca es lo mismo y tiene que ser así. De lo contrario, nos están mintiendo.
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