ELI STONE
Eli Stone (Johnny Lee Miller) es un prometedor abogado que trabaja en uno de los bufetes más prestigiosos de los Estados Unidos. Es el ojito derecho del jefe y también de la hija del jefe.
Todo marcha bien en la vida de Eli hasta que una noche sorprende a George Michael cantando Faith subido a la mesa de su salón. Esa será la primera de las sucesivas visiones causadas por un aneurisma cerebral que los medicos le detectan. Son efectos secundarios de una enfermedad intratable, pero, y sin embargo, las visiones parecen guardar una extraña relación con acontecimientos de su vida presente. Una relación que en cada capítulo va haciéndose evidente. Visiones que le llevan a plantearse si no estará todo formando parte de un plan cuyo sentido se escapa al confundido Eli, pero cuyas consecuencias quizá estén empezando a hacer de Eli un hombre mejor.
¿Será Eli un elegido por los dioses para cambiar las vidas de las personas?
Ni idea... e imagino que mientras la serie tenga éxito jamás lo sabremos. El desenlace final se mantendrá en ese limbo de los sentidos donde los buenos guionistas, como los de "Lost" saben tener las series.
En cualquier caso, y para mi gusto, encontrar esa respuesta no es lo mejor que ofrece Eli Stone. Con mucho lo más atractivo es el punto de "screwball comedy" que tienen sus diálogos. Interesantes, irónicos, afilados, con diferente tono y color según el personaje pero siempre emitiendo en la misma onda. En "Eli Stone" todos los personajes tienen algo "malvado" y divertido que decirse los unos a los otros mientras pierden o ganan juicios, se enamoran o se desenamoran, suben y bajan en sus respectivos rankings de valoración. Hay un poco de "Luna nueva" o "La fiera de mi niña", ambas de Howard Hawks, en las réplicas y contraréplicas que los personajes se lanzan los unos a los otros como tartas de nata... algunas de ellas con un ladrillo dentro.
Y además, hay música.
La mayor parte de las visiones que vive Eli Stone se expresan mediante canciones, la mayoría de ellas pertenecientes a lo más granado del repertorio de George Michael.
Todo lo demás... El plano espectáculo de los buenos sentimientos, las variadas lineas argumentales de clientes y juicios, los coqueteos metafísicos con las divinidades varias no serían nada sin la salsa de la palabra como elegante expresión de una interesante individualidad en conflicto con otras no menos interesantes individualidades con los lujosos despachos del bufete como perfecto lugar para el enfrentamiento.
A su manera, con su divertido humor inteligente de rápidas réplicas afiladas, apostando por la forma y convirtiéndola en fondo, "Eli Stone" es una gran serie.
Y acaba interesando el destino final de este abogado que, como un indio de las praderas, se deja llevar por sus visiones, intentando averiguar la pequeña parte que para él hay dispuesta dentro del inmenso plan infinito.
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