Hay una escena en la película argentina El secreto de sus ojos que me fascinó cuando la vi por primera vez. El investigador busca a un asesino desaparecido y su amigo Sandoval le dice una frase que se me quedó grabada: “El tipo puede cambiar de casa, de nombre, de trabajo… pero nunca va a cambiar de pasión” . Entonces lo entendí como algo bello: la pasión como raíz firme de identidad, una fidelidad que sobrevive al miedo y al tiempo. Me conmovió pensar que algo así podía definirnos para siempre. Pero, con los años, empecé a mirar de otro modo esa fidelidad absoluta. Soy simpatizante del Atlético de Madrid y no soy un buen aficionado según los estándares actuales. Hay cosas que veo, no me gustan y lo digo. He visto cómo, a lo largo de la última década, la relación entre la afición y el equipo ha cambiado. Con la llegada de Diego Simeone , el club consolidó un relato que exalta la entrega sin condiciones: luchar, sufrir, creer hasta el final. Ese discurso, que al principio unió a la hi...
Los datos oficiales revelan que el problema no es la mentira, sino la incapacidad del sistema para proteger la prueba Durante años se ha instalado la idea de que el principal fallo del sistema penal en violencia de género son las denuncias falsas. Es un espejismo estadístico. Cuando se analiza el funnel judicial —de la denuncia al archivo, del archivo al juicio, y del juicio a la sentencia— aparece otra realidad: las denuncias falsas son residuales, mientras que el silencio forzado, la insuficiencia probatoria y la dispensa del 416 LECrim generan una fuga masiva de casos. Lo que existe no es una epidemia de mentira, sino un sistema que no logra sostener la verdad hasta el final. El debate sobre la violencia de género en España se ha ido llenando de insinuaciones, sospechas y anécdotas extremas que acaban convertidas en diagnóstico general. El libro Esto no existe , de Juan Soto Ivars, es un ejemplo de esta deriva: construye un relato sobre casos exce...
Jacques Baud y la sanción europea: cuando disentir se paga con la ruina Europa sanciona a un analista por sus ideas y lo hace sin juicio, sin defensa, sin proporcionalidad El 15 de diciembre de 2025, la Unión Europea incluyó a Jacques Baud —coronel retirado suizo, ex-analista de la OTAN— en su lista de sanciones contra "amenazas híbridas rusas". No por lo que hizo, sino por lo que piensa. Sin juicio previo, sin defensa, con ruina económica como castigo. Suiza se negó a aplicar la sanción. El contraste revela una pregunta incómoda: ¿qué tipo de Europa estamos construyendo cuando castigamos ideas en lugar de refutarlas? En un vistazo: El 15 de diciembre de 2025, el Consejo de la UE sancionó a Jacques Baud, coronel retirado suizo y ex-analista de la OTAN, acusándolo de ser "portavoz del Kremlin" por sus análisis sobre la guerra de Ucrania. La sanción congela sus activos e impide que cobre regalías de ...
Iré a verla en secreto y no lo confesaré a nadie.
ResponderEliminar¿Y nunca nadie sabrá su opinión?
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