sábado, enero 02, 2010















AÑO NUEVO/AÑO VIEJO

En una fecha como la de hoy viene a mi memoria el recuerdo de una olvidada película de 1978 llamada "Caravanas".

Basada en una novela del olvidado escritor de best seller James A. Michener, "Caravanas" nos cuenta la peripecia de un empleado de la embajada de los Estados Unidos en el Irán del Sha, interpretado por el olvidado Michael Sarrazin, quién debe internarse en lo más profundo de las montañas de Persia en busca de la hija de un senador norteamericano, interpretada por la olvidada Jennifer O'Neill.

He olvidado también las razones, pero el caso es que esta mujer forma parte de la caravana de un líder tribal, interpretado por el no tan olvidado Anthony Quinn, en un papel a la medida de su inmenso talento para el exceso.

Como no podía ser de otra forma las autoridades iraníes persiguen y hostigan a la caravana buscando recuperar a su manera a la hija del senador y en un momento determinado Zulfigar, que así se llama al personaje que interpreta Anthony Quinn, llama al funcionario y le muestra un inmenso valle. Mientras se lo enseña le pregunta qué es lo que hay, si ve algo. No recuerdo qué es lo que responde el funcionario, pero sí recuerdo la respuesta de Zulfigar... Por ese valle discurre una frontera.

Vi "Caravanas" hace mucho tiempo.... en uno de esos cines de programa doble en que acabaron convirtiéndose los cines de barrio que tuvieron primero su razón de ser como un circuito secundario de distribución al que más tarde llegaban las películas de la Gran Vía. Más tarde, y buscando una imposible supervivencia parecida a aquella por la que luchaban los nómadas como Zulfigar, terminaron siendo cine estudios que años más tarde acabaron convertidos en sucursales bancarias, bingos, salones de banquetes o grandes almacenes... pero ésta es otra historia... El caso es que vi "Caravanas" hace mucho tiempo y esa secuencia permanece grabada en mi memoria con las inevitables consecuencias deformantes que acarrea el paso del tiempo, que no sólo afecta al físico de las personas sino también a sus recuerdos que terminan deformados por el uso, por las situaciones que los invocan y los hacen necesarios.

Situaciones como ésta en la que en el eterno continuo del tiempo se traza una frontera que separa un año de otro, una frontera que como Zulfigar no veo.

El paisaje no ha cambiado.


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