Parece que uno de los lugares donde sigue descansando la imaginación del cine es el mundo del comic. De allí viene "Solomon Kane", un guerrero del siglo XVI especializado en combatir cara a cara el mal y en todas sus formas.
Resultan atractivas, por lo novedoso del entorno donde suceden, las peripecias de Kane y la película se me antoja por encima de la media, dentro del cine como producto, en cuanto a su capacidad de entretener, especialmente en su primera parte donde hay momentos ciertamente sorprendentes, pero, y por desgracia, la resolución es bastante convencional y rutinaria, perdiendo fuelle la película en su última parte entre líos generacionales y enormes monstruos incandescentes recién invocados desde el infierno.
James Purefoy, el inolvidable Marco Antonio de la no menos inolvidable serie de televisión "Roma", resulta una presencia interesante y buena parte de las bondades de la película descansan en su trabajo eficaz, transparente y relativamente matizado (teniendo en cuenta el tipo de película de la que estamos hablando), apuntando condiciones como protagonista de cine de acción.
Poco más se puede decir... Entretenida y punto.
Ya la he olvidado.
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