martes, febrero 16, 2010















Como dicen las abuelas, Dios aprieta, pero no ahoga. Y al Atlético ese Dios que no existe le aprieta un poco más de lo justo. Lo imprescindible como para que, y a pesar de todo lo sucedido, la escuadra colchonera sea el equipo que más veces le ha mojado la oreja al mejor equipo de la historia, a ese Barcelona de los interminables pases, del inmenso talento moviendo la pelota.

Convertido en una especie de Curro Romero colectivo el equipo es capaz de armar el taco cuando se produce la especial e imposible concatenación de circunstancias que lo hacen posible.

Se dice pronto, pero el Barcelona no había perdido un sólo partido en liga y, por muy debilitado que el equipo azulgrana se encontrase, no está a la altura de cualquiera mandarle a casa con la derrota escrita en la frente. Tan difícil como hacer un mate en la cara de un Michael Jordan con gripe o como noquear a un Muhammad Alí con gastroenteritis.

No es fácil.

Hay que salir. No perder la cara al mito y atreverse a medir las fuerzas propias con las suyas mil y una veces contrastadas.

Y el Atlético lo hizo la temporada pasada y lo acaba de hacer en ésta. Pese a todas las evidentes contradicciones que se palpan en su producirse cada fin de semana sobre el verde césped de los campos de nuestro país, ahora mismo es el equipo que más veces ha vencido al mejor equipo del momento.

Y ésto no está al alcance de cualquiera... Entre otras cosas, porque nadie más lo ha hecho.

Como también dicen las abuelas, algo tendrá el agua cuando la bendicen.



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