domingo, junio 06, 2010

SORPRESAS VARIAS

1
No hay que olvidar que no habría estado de Israel sin sionismo y que el sionismo no es otra cosa que una forma de nacionalismo, seguramente la más delirante y extrema de todas puesto que se propuso trasladar población y generar un estado sobre la base de una nación en un territorio que ya estaba habitado por otros... y como todo el mundo sabe dos cuerpos no pueden ocupar un mismo espacio.
Ha pasado mucho tiempo desde la creación del estado de Israel, el suficiente como para que todo se haya complicado tanto que todos los actores tienen su parte de verdad (y también su parte de mentira) en el desordenado y descompuesto cambalache de Oriente Medio, pero sorprende que quienes cuestionan los nacionalismos para otros temas no tengan en cuenta que el carácter nacionalista del estado de Israel es un factor que siempre ha complicado las cosas y probablemente seguirá siendo un obstáculo para la resolución del problema.. si es que es posible tal quimera.
Por comparación existe la tentación de considerar a Israel una sociedad abierta frente a la barbarie que rodea, pero este análisis es, a mi entender, interesado, superficial y sólo parcialmente cierto... como digo, por comparación.
La situación de los árabes de nacionalidad israelí es un importante elemento a tener en cuenta a la hora de tomar postura a este respecto y la comparación entre hebreos y árabes (ambos, en teoría, israelíes) 60 años después de la creación del estado de Israel sigue resultando odiosa. Situación que, como mínimo, es reflejo del punto de partida nacionalista y, como consecuencia de ello, desconsideradamente unidimensional que llevó a la proclamación de una independencia, a la generación de un conflicto y a la creación de un diferente estatus para unos árabes a quienes les correspondió estar a un lado o a otro de la línea del frente en función de una decisión política-administrativa amparada por la ONU... Sospechosos a un lado y enemigos en el otro.
No dejarán de sorprenderme ciertos planteamientos que hacen de Israel el héroe de una maniquea película de buenos y malos, cuando en Oriente Medio, y por lo que respecta a este concreto aspecto, nunca ha habido inocentes.
Y el estado de Israel nos pongamos como nos pongamos tiene muy poco de inocente en toda esta intrincada historia tan vieja como el ser humano que mezcla religión, territorio, política y pertenencia grupal.
Para empezar, su retrato sociológico no es el de una sociedad abierta.
Los planteamientos nacionalistas unidimensionales son por definición incompatibles con este concepto.


2
No hay garantías de que otra crisis financiera y, por extensión de causalidad, económica no vuelva a suceder.
Intentando resolver aspectos más apremiantes estamos olvidando este importante tema.
Los mercados financieros, y su virtual lógica de ganancias y pérdidas sobre el parquet y las pantallas de ordenador, pueden seguir creciendo y creciendo hasta volver a comprometer la estabilidad de los bancos, punto de encuentro entre esa economía virtual y la economía real que afecta a las personas y las cosas.
Y entonces deberán volver a intervenir los estados para movilizar su riqueza real intentando tapar ese agujero negro virtual de opciones y opciones sobre opciones, convenientemente valoradas y recomendadas.
Y volverán los grandes déficits y también regresarán las exigencias de aquellos actores económicos y financieros globales sobre los estados... no sobre bancos ni instituciones privadas de inversión... convirtiéndoles casi en los responsables de todo por no haber dejado a su suerte a instituciones bancarias de las que dependen las personas y la economía real.
Y al final serán los jubilados y los pensionistas los que tengan que hacer el sacrificio mientras algún triunfador de parquet se hace una piscina para cada pierna en una inaccesible urbanización de lujo.
Ya no se habla de Wall Street y la City londinense, de lo que han hecho y con toda seguridad siguen haciendo, sino de Grecia, España, Hungría, Islandia...
Estamos demasiado ocupados en el debate que ha generado la socialización de unas pérdidas generadas por unas muy particulares ganancias.
Y me gustaría saber dónde está las ventajas económicas y sociales de un exacerbado sistema especulativo que no traza una línea para distinguir entre comportamientos (porque no se basa en la moral) y que en su incontrolable delirio de poderoso tirano se cree liberal y lo proclama a los cuatro vientos.


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