miércoles, diciembre 29, 2010

L'ATALANTE

Se ha escrito mucho sobre L'Atalante y casi todo es cierto.

L'Atalante apenas cuenta nada, pero lo cuenta todo... una historia de amor de encuentros y desencuentros entre el capitán de la gabarra que titula la película y su mujer.

La película empieza con el matrimonio de la pareja protagonista, continúa con la difícil convivencia de la misma en la gabarra y culmina con la llegada a Paris. Allí, él le prometerá a ella una excursión por la ciudad para compensar su dura vida dentro del barco y la excursión no será posible, pero ella decidirá hacerla desencadenando el drama, el desencuentro y la distancia entre ambos.

Puede parece una historia pequeña, de las de siempre, pero Jean Vigo, el director de L'Atalante, consigue insuflar a toda la historia de una fuerza poética arrasadora, inmensa y, aunque parezca mentira, lo que es más importante: invocar a la realidad.

Porque la magia de la película es el inmenso y arrollador efecto de verdad que tienen todas y cada una de sus imágenes. Muchas películas que se hacen hoy en día ya quisieran tener una sola de las imágenes que se nos aparecen en L'Atalante: imágenes puras, inocentes, capaces en su ficción de transparentar una realidad que al mismo tiempo evocan.

Son especialmente maravillosas las imágenes de la pareja cuando está separada. Un montaje paralelo de imágenes con un contenido simétrico de acciones que consigue reflejar en la combinación casi coreográfica de ambas narrativas la ausencia sentida en el alma como un mismo dolor intimo y secreto.

Obra maestra.




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