domingo, marzo 20, 2011

2010

En 1948, Arthur C. Clarke publicó un relato corto, de apenas 5 páginas, llamado "El centinela". En él, y en primera persona, un científico reflexiona sobre el sentido del artefacto que la humanidad ha encontrado en la Luna, un artefacto que según parece pertenece a una raza extraterrestre que lo ha dejado allí hace millones de años.

"Me encontraba en una explanada de unos treinta metros de profundidad. En alguna ocasión había sido lisa, demasiado lisa para ser natural, pero los impactos de los meteoritos habían mordido y cribado su superficie a través de incontables eones. Y había sido nivelada para poder sostener una estructura translúcida, burdamente piramidal, de dos veces la altura de un hombre, encajada en la roca como una gigantesca gema facetada"

Desde el momento de su publicación, este relato ha formado parte de varios libros de relatos de su autor, uno de los grandes de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke y en una de sus publicaciones atrajo la atención de Stanley Kubrick. De él nace una de sus películas más famosas, "2001: una odisea en el espacio", y para mi gusto no una de las mejores.

Posteriormente, Arthur C. Clarke noveló el guió y publicó un libro del mismo titulo en 1968, el año de estreno de la película. Y quizá fuera esta doble aparición un primer ejemplo rupestre de la actual cultura del ocio multicanal... pero esa es otra historia.

Posteriormente, en 1982, Clarke publicó una continuación: "2010: Odisea 2", que tuvo aún dos secuelas más durante la década de los años ochentas. Este libro atrajo la atención del hoy olvidado director Peter Hyams, un tipo con gran talento para contar historias y el resultado es esta "2010: The year we make contact"

Y tengo que decir que "2010" es una de esas películas que sólo le gustan a uno, que forman parte del patrimonio emocional de las personas. Puedo entender que no guste, pero a mi me gusta... Lo sigue haciendo todavía.

La película carece de la metafísica, a veces vacua y grandilocuente, de "2001", pero mantiene el sentimiento de misterio de su predecesora.

El viaje hacia Júpiter que hacen los astronautas de la nave "Leonov" en busca del secreto que, como una telaraña mantiene atrapada a la nave "Discovery" es un viaje hacia lo desconocido, hacia el monolito que de nuevo les aguarda oscuro, callado y perfecto, convertido en perfecta metáfora de todo aquello que como especie el ser humano aún desconoce.

La película quizá se ha quedado antigua porque el contexto de guerra fría en que se desenvuelve tiene un cierto peso dentro de la historia, pero mantiene intacto todo su misterio planteando al mismo tiempo un interesante discurso de responsabilidad del ser humano hacia las herramientas que produce, que le hacen más listo y más poderoso, encarnadas en el superordenador Hal 9000. Súbitamente revelado como víctima y como depositario de una pureza casi infantil que le convierte en una máquina demasiado perfecta incluso para ser humana.

"¿Soñaré?", pregunta Hal.

Yo a veces también me lo pregunto.





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