LOS HERMANOS KARAMAZOV
Para mi gusto el ruso Fiódor Dostoyevski es uno de los más grandes escritores que ha dado la literatura desde que el mono se creyó hombre. Su capacidad para llegar más lejos y más hondo en las profundidades del alma humana es reconocida por todos.
Los personajes de Dostoyevski son en realidad campos de batalla donde sentimientos e impulsos antagónicos se manifiestan: racionalidad vs. irracionalidad, fe vs. ciencia... Y a mi entender esta visión conflictiva, explosiva del ser humano se acerca bastante a la realidad. No en vano el filósofo Nieztsche consideraba que el escritor ruso era el único psicólogo del que se podía aprender algo.
Y esta profunda carga psicológica confiere a sus obras de una densidad brutal, una densidad que siempre ha hecho difícil la adaptación al cine de los textos del autor ruso. No obstante, la adaptación de "Los hermanos karamazov" que Richard Brooks llevó a cabo en 1958 es un buen ejemplo de que es posible convertir en imágenes buena parte del contenido filosófico del autor ruso generando una historia que tiene vida propia, una vida cuya energía procede de la palpitante potencia de su referente literario.
"Los hermanos Karamazov" es la historia de un parricidio, pero, y sobre todo, es la historia de una familia destrozada y del modo en que los cuatro hermanos procesan su difícil, cuando no imposible, relación con el padre. Y la película pone énfasis especial en Dimitri (Yul Brinner), el hermano que aparentemente se encuentra más perdido de los cuatro y que encontrará en el a primera vista imposible amor por Grushenka una tabla de salvación que le conducirá a la redención.
Corriendo hacia, lo que el mismo define, como el callejón sin salida de Grushenka Dimitri convivirá con su propio desastre y de ese conflicto surgirá un hombre nuevo dispuesto a afrontar las consecuencias de sus propios actos sin perder nunca más la cara.
Todo un clásico.
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