sábado, abril 23, 2011

CAPITALISM: A LOVE STORY

De todos los documentales que he podido ver de Michael Moore, éste es el que más me gusta.

Desde sus inicios en 1989 como documentalista, con "Roger & me", Michael Moore ha centrado todos sus esfuerzos en describir el deterioro de un estilo de vida americano en el que él mismo se ha criado.

En "Roger & me" Moore cuenta su inútil esfuerzo durante tres años por entrevistarse con el presidente de General Motors. Su objetivo es pedirle explicaciones del cierre de la planta que la compañía tenía en Flint, la localidad natal de Moore. Y no es casualidad que en"Capitalism: a love story" Moore haga referencias a este suceso porque este documental proporciona el marco en el que debe ser entendido todo su trabajo.

La obra de Michael Moore es la crónica de los desmanes que el extremo capitalismo neoliberal ha venido produciendo sobre la sociedad norteamericana  desde la época del presidente Ronald Reagan hasta nuestros días.

Y seguramente "Capitalism: a love story" es uno de sus mejores trabajos.

Tengo que reconocer que no soy un fan entregado a Moore. Hay aspectos de su modo de hacer  documentales que no terminan de gustarme, especialmente su excesivo amarillismo demagógico a la hora de presentar sus argumentos, centrándose siempre en casos puntuales y extremos, aspecto que -considero- obra en contra de la teoría general que -a mi entender- justifica todos y cada uno de sus documentales.

En este sentido, soy mas partidario de productos como "Inside job" basados en enfoques más mesurados, pero igual de críticos, en los que el protagonista es el propio tema y no el narrador.

No me gusta el show personalista que monta Moore en torno a temas que son muy, muy serios, y que a veces le elevan a un nivel protagónico excesivo, pero tengo que reconocer que en "Capitalism: a love story" la presencia del cineasta no se me hace insoportable. Es mucho más importante lo que se cuenta, si bien ese amarillismo demagógico, que siempre veo en Moore y que cuestiono, permanece en esta obra puesto que, y en pos de construir un retrato del presidente Obama, a medida de la leyenda que sus magníficos asesores de imagen han conseguido construir, Moore olvida que el equipo económico del presidente está formado por algunas de las personas que han desencadenado todo el desastre que su documental critica.

Moore tiene estas cosas... estas sombras de trazo grueso que se convierten en vulnerables puntos de ataque para los sofistas a la caza de argumentos que invaliden sus planteamientos.

En cualquier caso, la visión de "Capitalism: a love story" resulta tan aterradora como la visión de la más mesurada "Inside job".

En ella se vierten algunos planteamientos más que interesantes: la fábula del sueño americano como perverso relato nacido para garantizar un orden establecido (nadie cuestiona la realidad a cambio de creer en la posibilidad de que en algún momento tendrá su oportunidad) o el carácter anticristiano del capitalismo reivindicado por curas y obispos o, una vez más, la disonancia entre la imagen controlada y racional que se quiere proyectar de los mercados con la irracional realidad de avaricia incontrolada e irresponsable que en realidad los sustenta o la constatación de la existencia de un poder real al que los poderes políticos se pliegan cuando no se hayan en corrupta connivencia o el impune cinismo con el que esas personas que están haciendo tanto daño existen o se expresan... Aterrador, muy aterrador... Principalmente, porque al otro lado y pese a los demagógicos esfuerzos de Moore por concluir en ese sentido, no hay una respuesta organizada que se les oponga.

Interesante y en ocasiones brillante y alguna vez demagógica, especialmente en lo que se refiere a la posición que Moore concede a Obama en su relato.

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