martes, abril 12, 2011

EN UN MUNDO MEJOR


La ganadora del Oscar y del Globo de Oro a la mejor película extranjera es una película más que estimable.

"En un mundo mejor" cuenta varias historias que se entrecruzan a lo largo de su duración. Esta la historia de un padre y de su hijo bajo el impacto de la muerte de la esposa y de la madre por un cáncer, también se nos narra la historia de una pareja de médicos en crisis, separados por la dedicación de él como cooperante en Africa y por último está la historia que une a estas dos historias, la que sucede en el colegio al que acuden Christian, el hijo sin madre e Iván, el hijo mayor del matrimonio de médicos.

Y lo más importante que presente "En un mundo mejor" es el modo casi documental en que todos y cada uno de estos personajes se enfrentan a su propia situación en un mundo complicado, lleno de estímulos negativos basados en la frustración y la violencia que lo hacen todo aún más complicado. A lo largo de su duración, "En un mundo mejor" nos muestra el esfuerzo individual por encontrar un sentido, una situación de equilibro por encima de las circunstancias que todos y cada uno de los personajes viven.

Y en este sentido, el personaje de Anton, el médico cooperante, resume en si mismo el esfuerzo de los personajes elevándolo a los laicos altares de la condición humana, porque Anton es el perfecto y medido retrato de un hombre bueno, esforzándose constantemente por hacer lo que considera correcto pese a los obstáculos que constantemente sus propias imperfecciones y las de un mundo -que en absoluto es mejor-, le plantean.

La clase de seres humanos a la que pertenece Anton son los que hacen que este mundo sea mejor y en su triunfo descansa la utópica posibilidad de que así sea.

Y si algo queda claro tras la visión de "En un mundo mejor" es la responsabilidad individual que cada uno tenemos en el día a día para que las cosas mejoren. El esfuerzo de Anton y del resto de personajes, contra si mismos y sus circunstancias, así lo demuestran.

"En un mundo mejor" es una crónica casi documental que nos muestra la escasa distancia que separa el encontrarse del perderse.

Lo importante no es la constatación de un entorno hostil y violento al que hay que enfrentarse, sino la posibilidad real de seres humanos como Anton, en su actitud descansa la posibilidad de un mundo mejor.

Brillante.

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