THE KILLING
Como toda serie que se precie, que quiera prolongar su existencia en una segunda temporada, "The killing" termina en alto, como una buena etapa del Tour, en un final que parece inevitable pero que al mismo tiempo sabemos que será abierto, que algo sucederá en el comienzo de esa nueva temporada... y allí estaremos para verlo.
En la mejor tradición del cine negro, "The killing" se expresa dentro del mecanismo poético de la metonimia.
La metonimia básicamente consiste en designar una cosa con el nombre de otra y a lo largo de sus trece capítulos la serie utiliza el nombre del asesinato de la adolescente Rosie Larsen para mostrarnos las cloacas políticas de la ciudad de Seattle, pero también las cloacas de un entorno familiar -el de la familia de Rosie- que no es tan paradisiaco como parece. Y todo dentro de una investigación criminal magnificamente dosificada, que ha ido creciendo capitulo a capitulo en un crescendo de emoción y complejidad.
Lo increíble además es que el final consigue resultar sorprendente.
En el último capitulo no sólo hay un giro argumental sorprendiendo al espectador que ya había ido atando los cabos a su manera... sino dos, el uno sobre el otro sucediendo inesperados y, lo que es más importante, verosimiles con la sucia trastienda de los intereses creados como fondo.
"The killing" no está desde luego en mi top de series favoritas, pero seguro que viene inmediatamente después.
Descansando sobre estilemas tradicionales en el género negro tiene la virtud de plantear un estimulante escenario de intereses y secretos que componen un intrincado ovillo ante el que los dos policías protagonistas, magnificamente interpretados por Meirelle Enos y Joel Kinnaman, no pueden hacer otras cosa que buscar el hilo desde el que tirar en busca del asesino de Rosie Larsen.
La investigación continuará.
Muy recomendable.
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