Habría que inventar una palabra para las mentiras buenas, las que nos contamos todas las noches antes de dormirnos y que sólo por obra de nuestroe sfuerzo conseguimos convertirlas en verdades.
Algo de éso hay en esta maravillosa de historia de un hombre que se revela contra su infausto destino y termina venciendo.
Muchas veces la auténtica verdad es la que tenemos en la cabeza gobernando nuestra conducta y nuestros actos. Y quizá parecemso un poco locos o que vivimos en el autoengaño cuando relatamos parte de nuestros propósitos.
Algo de éso le sucede a Andy Dufresne (Tim Robbins) cuando plantea sin vergüenza su discurso sobre la esperanza en un entorno que parece estar orientado a todo lo contrario, a demoler el precario edificio de expectativas que con tanto esfuerzo llegamos a construir.
Es posible que, mientras los animales se adaptan a la realidad, lo propio del ser humano sea intentar cambiarla. Lo único seguro es que el triunfo de Dufresne consigue emocionar y por algo será. No sólo porque "Cadena perpetua" sea una película bien hecha y bien contada, un clásico moderno, sino también porque en su interior late destellante una gran verdad.
Andy Dufresne: That's the beauty of music. They can't get that from you... Haven't you ever felt that way about music?
Red: I played a mean harmonica as a younger man. Lost interest in it though. Didn't make much sense in here.
Andy Dufresne: Here's where it makes the most sense. You need it so you don't forget.
Red: Forget?
Andy Dufresne: Forget that... there are places in this world that aren't made out of stone. That there's something inside... that they can't get to, that they can't touch. That's yours.
Red: What're you talking about?
Andy Dufresne: Hope.
Sin esperanza no hay hombre, sólo un ladrillo más en el muro.
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