NO TEAM FOR OLD MEN
Es inexplicable.
No importa la calidad del futbolista que se fiche... Tarde o temprano, esa trituradora de carne que es el vestuario del Atlético de Madrid acaba convirtiéndolo en poco más que una inane mediocridad, digna únicamente de fichar por la Sangonera o algún equipo de media tabla de la liga profesional Uzbeka.
Hay ejemplos a cascoporro al respecto y los últimos que pueden ya ser sacados a colación son los de los flamantes centrales Ufjalusi y Heitinga.... Derrumbados como un castillo de naipes, turnándose para hacer penaltis absurdos, uno cada uno en jornadas sucesivas, descolocados, precipitados, imprecisos, ....
Es inexplicable.
Algo pasa en ese vestuario.
Quizá sea necesario llamar a la medium enana de Poltergeist. Exorcizar. Depurar el vestuarioi de maldiciones y energías negativas.
Es posible que el estadio haya sido erigido sobre algún lugar maldito, donde las brujas realizaban sus akelarres junto al río.
No lo se... pero ésto no es normal.
El equipo, de pronto, se ha disuelto como un azucarillo en las brumas de su propio e insondable misterio, una de cuyas consecuencias colaterales más populares es esa emoción inexplicable llamada "sentimiento atlético".
El atlético es una prueba evidente de que uno no siempre elige al "mejor" pero puede mantenerse fiel.
ResponderEliminarYo tengo un método infalible. siempre voy con el primero de la clasificación. Inconvenientes: tengo que leer el marca los lunes y cambiar de colores de vez en cuando...
Pero sufro menos, en cuestiones de fútbol, claro. En lo demás, suelo ser del atletic, como tú sabes :-)
Para mi, el mejor jamás debe ser el primero.
ResponderEliminarBueno bueno Carlitos, en esto disentimos... Resulta que eres un apache... Pues ya deberías saber que el problema del atleti de tus amores, lo que le hace ser el pupas es simplemente eso: ser el atleti. Ahí da igual quién juegue. Incluso teniendo a uno de los mejores, el Kun, en la hora decisiva siempre palmaréis. Supongo que eso de la épica del perdedor debe crear adicción, jejeje. Aunque yo, Olaf el vikingo (algún día te explicaré de donde viene lo de "vikingo"), creo que con este presidente que tenemos es fácil que nos empiecen a brotar rayas rojas en el uniforme. De momento todo apunta a que así sea, y más con ese apellido que tiene.
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