jueves, agosto 11, 2011
Interesante artículo de Gavin Knight en El País:
"Reino Unido es desde hace algún tiempo dos países. Está el que todo el mundo conoce, el de la próspera economía de clase media. Y luego están los barrios céntricos pobres de los que nadie habla o informa, como su fueran un país del Tercer Mundo o una zona de guerra."
(El lado oculto del Reino Unido)
Y no... la culpa no sólo es de los padres.
"La Unidad de Reducción de la Violencia de la policía de Strathclyde trata ahora la violencia como una enfermedad infecciosa, transmitida por los padres o los amigos."
Es no entender nada...
El incremento de la desigualdad en la riqueza genera este tipo de situaciones, de bolsas marginales sin esperanza. La mayoría de ellos podrían ser héroes y optar en un entorno hostil por lo constructivo, por abrir una tienda por ejemplo, pero culparles de no ser perfectos es jugar con ventaja. Si las condiciones contextuales son desesperanzadas y destructivas, la gran mayoría optará por una cultura de "ghetto" y violencia, sencillamente porque el ser humano está hecho así.
Y de cuando en cuando esos bárbaros salen a la calle llevándose por delante la paz social de los elegidos y jodiendo de paso la perfecta estabilidad de la teoría.
Las políticas neoliberales no son especiales, también tienen consecuencias sociales. Y son sus realistas y sensatos impulsores los primeros que deberían saber que nada es gratis en la vida.
Los sueños de la razón siempre traen consigo sus propios monstruos y los monstruos... bueno... es lo que tienen: que son monstruos.
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