Estuvo enorme Fernando Sánchez Dragó anoche en el debate televisivo que todos los martes ofrece Telemadrid a sus fieles.
Se atrevió a citar a Oswald Splenger y a su "Decadencia de Occidente" como fundamento de un discurso que pretendía no fuera superficial. Craso error, porque casi todo es superficial en el medio, incluso los sesudos tertulianos que sonrieron nerviosamente con la mención, como si de pronto alguien hubiera cambiado el guión sin avisarles y hubieran perdido el pie y tuvieran miedo de perecer ahogados en las profundidades que, con razón o sin ella, Dragó amenazaba con sumergirles.
Todo lo que no sea encontrar razones para culpar a Zapatero o a Rajoy se les escapaba... se les escapa... Por éso están ahí.
It's all in the game, pero Dragó se salió de las marcas para, posteriormente, recordar al sesudo economista "yalosabiamostodo" de turno que, de ser cierto ese conocimiento, cómo era posible que se hubiera permitido que las cosas llegaran al extremo al que habían llegado. Si tantos lo sabían, cómo era que nadie había hecho nada para evitarlo; como era que no recordaba libros ni titulares ni discursos...
Mas sonrisas nerviosas y silencio.
Y enseguida todos regresaron a la tranquilidad de sus confortables marcas de siempre.
Tal y como están las cosas apelar a lo cultural, con razón o sin ella, empieza a convertirse en una heterodoxa impostura.
Mmmmmmm..... Me gusta!
"enorme" es un adjetivo que no cuadara bien con su raquítica figura.
ResponderEliminarBueno.... Eso le hace más enigmático ¿no?
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