Serie Krátos: Grecia,donde el miedo al krátos tiene nombre (II)
Cómo Atenas convirtió la democracia en una ingeniería para contener al dêmos
La Atenas clásica no fue la cuna idealizada de la democracia, sino el laboratorio donde nació la arquitectura política del miedo: el temor explícito de la élite a que los pobres gobernaran de verdad. El dêmos no significaba “pueblo”, sino los que no tenían riqueza; y el krátos, lejos de ser autoridad legítima, era la fuerza que esos pobres podían ejercer unidos. Esta entrega muestra cómo Grecia creó la primera tecnología anti-mayoritaria de Occidente.
La democracia que tanto se idealiza fue, en su núcleo, una arquitectura política diseñada para administrar el pánico de la élite ante el poder potencial de los pobres. Porque en Grecia, dêmos no significaba "pueblo". Significaba los pobres. Y krátos no significaba "autoridad legítima", sino fuerza que se impone.
Atenas inventó un sistema destinado a conceder poder suficiente para evitar la explosión social, pero nunca tanto como para permitir que los pobres transformaran la estructura. Es aquí donde nace la paradoja fundacional del anti-mayoritarismo occidental.
Dêmos y krátos: cuando el nombre de la democracia ya contiene el miedo
La semántica griega no deja lugar a equívocos. En Atenas, dêmos tenía dos sentidos coexistentes, pero no equivalentes:
- Sentido técnico: el cuerpo ciudadano masculino pleno (solo un 10–15% de la población total).
- Sentido político real: la facción pobre dentro de ese cuerpo; el pueblo bajo, hoi polloi, los no ricos.
Es este segundo sentido el que estructura la vida política. Cuando Platón, Aristóteles o Tucídides hablan del dêmos, no están pensando en todos los ciudadanos, sino en los pobres. El término se cargaba de un léxico de clase: hoi penētes (los pobres), dēmotikoi (la facción popular), hoi polloi (la mayoría vulgar).
Por su parte, krátos significa:
- Fuerza dominante
- Imposición
- Capacidad de obligar
- Coerción no mediada por virtud
La democracia no era entonces "el gobierno del pueblo", sino la fuerza que pueden ejercer los pobres unidos.
La propia élite lo decía: dêmos krátos era, en su experiencia, una inversión del orden natural, un régimen donde la masa empobrecida podía imponer decisiones sobre los ricos. Por eso los textos oligárquicos usan una metáfora brutal: el dêmos es un tirano. Un tirano colectivo, imprevisible, volátil, sin virtud, capaz de destruir la ciudad con una decisión mayoritaria.
La palabra democracia ya contenía el miedo.
El dêmos y los que ni siquiera contaban: la exclusión como fundamento
Para comprender la arquitectura ateniense, hay que recordar un hecho decisivo: el dêmos incluía solo a una fracción minoritaria de los seres humanos que vivían en el Ática.
El sistema cívico se construía sobre una gradación ontológica:
- Ciudadanos varones libres: los únicos que contaban como sujetos políticos (10–15% de la población).
- Mujeres: necesarias para la transmisión de la ciudadanía, pero sin agencia pública ni autonomía jurídica.
- Metecos: mano de obra indispensable, contribuyentes, pero sin derechos políticos.
- Esclavos (33–40% de la población): ni ciudadanos, ni libres, ni políticamente humanos. Propiedad.
Atenas no imaginaba un "pueblo" inclusivo. Imaginaba un dêmos que excluía a la vasta mayoría de las personas. El régimen democrático no integraba a los seres humanos: seleccionaba a los únicos que la ciudad reconocía como tales.
Y esa selección —estrechísima— es el punto de partida del miedo.
La esclavitud como pilar del scholé: la base material del krátos
El scholé (ocio cívico) que permitió que incluso los pobres participaran masivamente no era un producto cultural: era un producto de la esclavitud.
Sin esclavos:
- Los ciudadanos trabajarían
- No asistirían a tribunales
- No participarían en la asamblea
- No habría tiempo para la política
- La democracia sería inviable
Con una proporción cercana a 1 esclavo por cada ciudadano, miles de seres humanos esclavizados liberaban tiempo para que los ciudadanos pobres ejercieran el krátos dentro del perímetro permitido.
La élite lo sabía. Por eso temía al dêmos: si esa masa pobre, empoderada para evitar la stasis (guerra civil), decidía usar su fuerza contra los ricos —o peor aún, aliarse con los esclavos— la ciudad colapsaba.
La democracia fue, desde el primer día, un mecanismo de gestión del riesgo. Una póliza de seguro de la élite.
La élite ateniense: quién mandaba realmente y cómo
La demokratía no fue un vacío de poder aristocrático. A pesar de la radicalidad interna del régimen, un conjunto de élites sociales, económicas y culturales mantuvo el poder estructural que definía el orden.
Quién era la élite
La élite que conservó el poder estructural no era simplemente "los ricos". Era un entramado social muy concreto:
- Las familias eupátridas: linajes nobles con prestigio ancestral y redes de patronazgo.
- Los grandes propietarios de tierra: base económica que garantizaba autonomía material y capacidad de financiar liturgias.
- Los estrategas y magistrados recurrentes: figuras como Pericles, Címon, Nicias o Alcibíades, con capital político acumulado.
- Los educados en la paideia aristocrática: cultura, retórica, formación militar, filosofía —lo que Aristóteles considera "aptitud para mandar".
- Los grandes liturgistas: quienes financiaban espectáculos, trirremes o procesiones, comprando legitimidad mediante generosidad pública.
- Las redes familiares y clientelares: vínculos de dependencia económica y judicial.
Estas élites formaban el pivote del poder estructural porque controlaban los elementos no democráticos del sistema: propiedad, prestigio, educación, religiosidad, redes militares y la administración cotidiana.
La distinción clave: poder operativo vs. poder estructural
Aquí está el núcleo analítico que resuelve la tensión historiográfica:
PODER OPERATIVO DEL DÊMOS (lo que podía hacer la mayoría):
- Controlar la Asamblea (Ekklesía)
- Dominar los tribunales populares (dikastēria)
- Ostracizar a figuras poderosas
- Decidir expediciones militares
- Juzgar a generales
- Condenar y confiscar bienes
- Recibir pago por participar (misthophoría)
- Acceso directo a decisiones públicas
Este es poder real. Hansen tiene razón: el dêmos ejerció fuerza política efectiva.
PODER ESTRUCTURAL DE LA ÉLITE (lo que controlaban los pocos):
a) La ciudadanía y sus fronteras
La élite controlaba la definición misma de quién era ciudadano. Reforma de Pericles de 451 a. C.: ciudadanía solo para hijos de padre y madre ateniense. Esto excluía a miles de habitantes del Ática.
b) La propiedad y la tierra
El dêmos podía votar, pero no podía redistribuir tierra. No existió reforma agraria. La tierra siguió en manos de las mismas familias.
c) Las magistraturas estratégicas
El sorteo democratizaba cargos menores. Pero los cargos realmente relevantes —como la estrategia militar— eran elegidos por votación, lo cual favorecía a figuras con riqueza, redes, prestigio y educación. Es decir: a la élite.
d) La paideia y el control del saber
La élite controlaba la retórica, la filosofía, la educación. Platón y Aristóteles escriben desde esa posición y codifican la desconfianza hacia la mayoría.
e) La diplomacia y las redes exteriores
Las familias ricas eran indispensables para negociar, gestionar tributos, dirigir colonias, financiar guerras. Esto les daba un poder indirecto pero absoluto.
f) La economía —especialmente la esclavitud
Los esclavos eran propiedad privada. El dêmos pobre podía votar, pero no podía tocar la base económica del sistema.
Mecanismos de contención: cómo se neutralizaba el krátos popular
¿Cómo contenía la élite a un dêmos que podía juzgar, votar y castigar? Con tres dispositivos interconectados:
1. Mecanismo institucional: la arquitectura del sistema
- La Boulé (Consejo de 500) filtraba propuestas antes de llegar a la Asamblea.
- La graphē paranómōn permitía perseguir legalmente a quienes propusieran leyes contrarias al orden establecido.
- Los nomothetai (cuerpos especializados) podían revisar y frenar decisiones populares.
- La calendarización: no todo podía votarse siempre.
Este entramado técnico reducía la capacidad del dêmos para actuar de forma "tiránica".
2. Mecanismo ideológico: el discurso democrático controlado
Este es el punto fuerte de Ober. Los oradores de élite aprendieron a hablar en clave popular:
- Exaltaban al dêmos
- Prometían defender sus intereses
- Escondían sus propios objetivos bajo un discurso democrático
El resultado era una forma de cooptación retórica: el dêmos votaba, pero votaba dentro del marco conceptual definido por la élite.
3. Mecanismo judicial: violencia legal controlada
Los tribunales populares podían destruir carreras, sí. Pero la élite controlaba:
- La escritura de leyes
- El acceso al derecho
- La interpretación de normas
- La persuasión retórica
Muchos procesos judiciales eran guerra de élites usando al dêmos como jurado, no una inversión real del orden social.
Tres ejemplos históricos
Pericles
Poder operativo del dêmos: Asamblea masiva, misthophoría, elecciones.
Poder estructural de Pericles: control de agenda, prestigio familiar, redes militares, cultura.
Resultado: la democracia funciona, pero bajo liderazgo aristocrático.
Juicio a los estrategas tras Arginusas (406 a. C.)
El dêmos condena a generales por no recoger náufragos. Poder operativo máximo. Pero el juicio fue desencadenado y moldeado por élites rivales, no por un impulso autónomo del pueblo.
Ostracismo de Aristides el Justo
El dêmos expulsa a una figura prestigiosa. Poder operativo real. Pero el ostracismo era, en esencia, una lucha entre élites ofrecida a la ciudadanía como árbitro.
La filosofía política como codificación del miedo
Platón: la exclusión absoluta del dêmos como teoría
La filosofía platónica cristaliza el pánico de la élite. Platón ve la democracia como la fase previa a la tiranía, un régimen donde:
- Los pobres gobiernan
- Los ignorantes deciden
- La libertad excesiva destruye la ciudad
Su respuesta es radical: eliminar al pueblo de la política y sustituirlo por guardianes disciplinados.
Platón desplaza el conflicto de clase a uno epistemológico: el problema no es que los pobres sean pobres, sino que no entienden la verdad. Es una justificación perfecta para un gobierno minoritario eterno.
Aristóteles: la ingeniería constitucional anti-redistributiva
Aristóteles es más pragmático, pero su objetivo es el mismo: evitar que los pobres impongan redistribución.
La politeia (régimen mixto) no es un sistema de equilibrio: es una arquitectura diseñada para impedir que el voto mayoritario destruya el orden de propiedad.
Su instrumento central es la clase media (mesoi). No es una descripción sociológica real; es un artificio constitucional destinado a:
- Romper la acción de bloque del dêmos
- Evitar la redistribución agresiva
- Estabilizar la propiedad
- Neutralizar el conflicto de ricos y pobres
Aristóteles crea la primera gran tecnología política para fragmentar la voluntad popular.
Conclusión: el miedo como arquitectura política
Todo el análisis converge en una idea central:
Atenas no inventó el gobierno de la mayoría.
Inventó una tecnología para administrar el miedo a la mayoría.
El dêmos tuvo poder suficiente para inquietar a la élite, pero nunca poder suficiente para transformar la estructura. Este es el origen del anti-mayoritarismo occidental:
- Igualdad interna restringida
- Exclusión masiva externa
- Instituciones que fragmentan la acción popular
- Filosofías que justifican el mando de los pocos
- Mecanismos de control del riesgo de redistribución
La democracia antigua fue, desde su diseño, un experimento de contención del krátos popular. No fue el poder de la mayoría, sino el arte de impedir que la mayoría gobernara la estructura.
Esta arquitectura no murió con Atenas. Se transmitió, se tradujo, se perfeccionó. Roma la heredó y la transformó en república senatorial. La Ilustración la revisitó y la codificó en constituciones modernas. El liberalismo la convirtió en doctrina universal.
La próxima entrega mostrará cómo ese miedo griego se convirtió en el ADN institucional de Occidente.
Glosario de términos clave
Dêmos (δῆμος): En sentido técnico, el cuerpo ciudadano. En sentido político real, los pobres dentro de ese cuerpo. No equivale a "pueblo" en sentido moderno.
Krátos (κράτος): Fuerza, dominio, imposición. No es "autoridad legítima" sino capacidad de obligar.
Scholé (σχολή): Ocio cívico. Tiempo libre necesario para participar en política, posibilitado materialmente por la esclavitud.
Graphē paranómōn (γραφὴ παρανόμων): Procedimiento legal para acusar a quien propusiera leyes contrarias al orden establecido. Mecanismo de contención institucional.
Paideia (παιδεία): Educación aristocrática integral: retórica, filosofía, gimnasia, música. Capital cultural de la élite.
Stasis (στάσις): Guerra civil, conflicto interno destructivo. El peor escenario político para los griegos.
Misthophoría (μισθοφορία): Pago por participación política (asamblea, tribunales). Innovación radical que permitió a los pobres participar.
Politeia (πολιτεία): Régimen político, constitución. En Aristóteles, el régimen mixto ideal diseñado para evitar redistribución.



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