Entradas

Argentina no fue invadida. Fue comprada.

Imagen
En octubre de 2025, la economía argentina se convirtió en un laboratorio de geopolítica monetaria. Mientras el gobierno celebraba la “confianza de los mercados”, el Tesoro estadounidense y sus aliados financieros ejecutaban una secuencia precisa de intervenciones destinadas a influir en el resultado electoral. No hubo marines ni embajadas conspirando: hubo dólares. La dominación se ejerció en tiempo real, mediante liquidez condicionada, miedo calibrado y narrativa mediática coordinada. En el artículo anterior vimos cómo Milei había logrado transformar la crisis en identidad: cómo el sufrimiento económico se convirtió en un signo de pertenencia y el resentimiento en forma de moral. Pero toda religión necesita un altar, y en la Argentina de 2025 ese altar estaba fuera del país. Mientras el gobierno domesticaba la rabia interna, otro poder —más lejano y más real— intervenía desde los mercados. No con tanques ni embajadores, sino con dólares. Lo que se jugaba en esas semanas no era solo u...

Aliado o cliente: Una hegemonía que ya no protege, sino que parasita (VI)

Imagen
Durante décadas, Estados Unidos sostuvo su liderazgo combinando poder militar, innovación y prosperidad compartida. Hoy, esa ecuación se ha roto: la hegemonía ya no se legitima por lo que ofrece, sino por lo que impide. El viejo protector se ha transformado en rentista imperial: cobra por mantener la dependencia que antes llamaba alianza. Europa, atrapada en esa arquitectura, paga cada vez más por una seguridad que no llega, una autonomía que no se permite y una prosperidad que se desvanece. La hegemonía ya no protege: parasita. En la entrega anterior vimos cómo la OTAN se ha transformado de alianza defensiva en arquitectura de control: Europa puede gastar más, pero no decidir por sí misma. Para entender por qué Washington sostiene un sistema así, conviene mirar más allá de la estrategia militar y examinar la transformación económica que lo hace necesario. Esa asimetría no es un error de diseño, sino su función. La lógica del rentismo imperial La lógica que rige esta relación es la...

La economía del odio: cómo Milei ha convertido el empobrecimiento en victoria electoral

Imagen
Milei ganó en medio del colapso económico. No por la economía, sino por la emoción: transformó el odio en identidad y el sacrificio en virtud. El domingo 26 de octubre de 2025, la Argentina votó en medio de una crisis microeconómica brutal. Todos los indicadores en rojo: consumo en caída, salarios pulverizados, pobreza en ascenso, comercios cerrando. Las encuestas preelectorales registraban ese malestar: imagen negativa de Milei en torno al 60%, empate técnico con el peronismo, pronósticos de victoria ajustada o incluso derrota. El resultado fue exactamente lo opuesto: La Libertad Avanza arrasó con alrededor del 40% de los votos, ganando incluso en la provincia de Buenos Aires, donde apenas mes y medio antes había perdido por 14 puntos. La pregunta central: ¿Cómo puede un electorado que reconoce estar peor económicamente votar masivamente por quien lo empobrece? ¿Cómo se convierte el sufrimiento material en victoria política? En mi artículo de ayer — El bufón y el vacío: Milei y ...