Manual práctico del lawfare: el sentido profundo de la persecución judicial en una democracia
No es un abuso, ni una anomalía: es el mecanismo contramayoritario que sostiene el poder real.
El lawfare no es un fallo del sistema. Es el sistema funcionando como fue diseñado: un aparato judicial no electo capaz de frenar, inhabilitar o descarrilar a actores políticos mediante procesos interminables, interpretaciones expansivas y ciclos mediático-judiciales. Lo que sigue no es teoría: es el patrón real, documentado y operativo de cómo se construye una persecución legal con apariencia de neutralidad democrática.
La justicia no es neutral: es el mecanismo de último recurso que protege a la minoría propietaria frente al poder numérico de la mayoría.
Esta frase resume no solo este artículo: resume el diseño institucional de las democracias modernas. El lawfare no es una desviación del Estado de Derecho; es la expresión contemporánea y extrema de una arquitectura que nació contramayoritaria y sigue siéndolo. Su función histórica es contener al Krátos: el poder de la mayoría.
A continuación se expone, con claridad práctica y ejemplos reales, cómo opera el lawfare. Pero antes es necesario iluminar la raíz estructural del problema.
1. El origen contramayoritario del Poder Judicial
El Poder Judicial moderno es heredero directo de la democracia censitaria del siglo XIX, donde solo los propietarios podían votar. Cuando el sufragio se universaliza, la élite dominante conserva algo decisivo: el control del aparato judicial.
No por accidente, sino por diseño. El Poder Judicial se configura como el único poder no electo, inamovible, protegido por corporativismo interno y encargado de blindar la propiedad, los contratos y la estabilidad económica.
Su independencia, presentada como virtud democrática, funciona en la práctica como garantía del orden socioeconómico:
- garantía para la minoría propietaria frente a redistribuciones potenciales;
- garantía para el capital global en busca de previsibilidad y seguridad jurídica;
- garantía de continuidad del orden frente a las oscilaciones electorales.
El resultado es claro: cuando todas las barreras previas fallan (partidos, medios, tecnocracia, parlamentos), el Poder Judicial actúa como mecanismo de último recurso.
Por eso el lawfare no inventa nada: aprovecha una estructura ya contramayoritaria.
2. Rule of Law vs. Rule by Law: la inversión silenciosa del constitucionalismo liberal
Para entender el lawfare no basta con distinguir Rule of Law y Rule by Law. Hay que comprender cómo se produjo históricamente la inversión.
El constitucionalismo liberal nació para limitar el poder de las mayorías y proteger la propiedad. La ley era el escudo. Pero en la práctica, ese mismo escudo se convirtió en arma: la ley ya no solo protege frente al poder, sino que permite al poder actuar con apariencia de neutralidad.
Ejemplos históricos de esta inversión
- Imperio Británico: la represión colonial se justificaba "conforme a la ley". Expropiaciones, censuras y deportaciones con cobertura legal.
- Estados Unidos (era progresista y New Deal): la Corte Suprema bloqueó sistemáticamente leyes progresistas votadas por mayorías.
- Sudáfrica del apartheid: legalidad perfecta; legitimidad nula.
- Latinoamérica: figuras penales amplias usadas para criminalizar la oposición.
Este patrón demuestra algo esencial: la ley no garantiza justicia; garantiza coherencia con el orden social vigente, y ese orden siempre ha sido contramayoritario.
El lawfare es la actualización contemporánea de esta inversión: gobiernos elegidos son combatidos desde la ley por poderes no elegidos.
3. Mecanismos operativos del lawfare: cómo se hace realmente
Aquí están las tácticas, documentadas comparativamente y utilizadas en España, Brasil, Argentina, Ecuador, Estados Unidos e Italia.
3.1 Interpretación expansiva del tipo penal
El truco más limpio y devastador. Consiste en estirar la ley para que la conducta del adversario entre en un tipo penal pensado para otra cosa.
- Brasil: Lula condenado por un "acto de oficio indeterminado" inexistente en derecho penal brasileño.
- España: rebelión sin violencia, sedición sin alzamiento.
- Argentina: expansión de figuras penales administrativas.
3.2 Ingeniería procesal: el proceso es la pena
Este es el mecanismo más habitual: inhabilitar mediante el procedimiento, no mediante la sentencia.
- abrir múltiples causas similares;
- ajustar tiempos al calendario electoral;
- imponer medidas cautelares desproporcionadas;
- prolongar diligencias para desgastar;
- amenaza permanente como "espada de Damocles".
Por eso una nulidad posterior no afecta la eficacia del lawfare: el daño electoral, reputacional y organizacional ya está hecho.
Ejemplos:
- Pablo Iglesias – Caso Dina.
- Baltasar Garzón.
- Lula da Silva.
- Ecuador: aceleración artificial de procesos para impedir candidaturas.
3.3 Forum shopping: elegir el juez adecuado
Manipular la jurisdicción para que el caso caiga donde interesa.
- reclasificar delitos;
- acumular causas;
- presentar denuncias en territorios concretos.
Brasil: la incompetencia territorial anuló condenas de Lula, revelando la manipulación.
3.4 Fiscalía como ariete
En la mayoría de Estados, la fiscalía es jerárquica: sigue líneas de mando.
- persecución selectiva del adversario,
- archivo selectivo del aliado,
- filtraciones dirigidas,
- atestados construidos para justificar medidas cautelares.
Ejemplos:
- Guatemala: cancelación del partido Semilla, periodistas encarcelados.
- Caso Kitchen (España): destrucción de pruebas, fiscales apartados.
- operaciones contra Lula, Kirchner, Correa.
- Operación Huracán (Chile): fabricación de pruebas contra mapuches.
3.5 Pinza medios–jueces
El ciclo perfecto:
- filtración,
- titular mediático,
- apertura de diligencias "a raíz de lo publicado".
Ejemplos: Villarejo (España), Mani Pulite (Italia), persecuciones en Ecuador.
3.6 Impunidad selectiva
El reverso del lawfare: proteger al aliado con el mismo sistema.
- interpretaciones restrictivas;
- prescripciones aceleradas;
- archivos exprés;
- amnistías funcionales.
España: Ley de Amnistía de 1977 reinterpretada durante décadas como escudo para crímenes de Estado.
3.7 El patrón geopolítico: lawfare transnacional
- Odebrecht / Lava Jato: coordinación Brasil–EE.UU.–Suiza.
- Perú: cuatro expresidentes procesados simultáneamente.
- Ecuador: presión diplomática + cooperación judicial.
- Guatemala: ataque a la CICIG y control de sectores estratégicos.
En todos los casos: activación anticorrupción → selección política del objetivo → cooperación transnacional → desarticulación de proyectos soberanistas → reconfiguración económica.
4. El miedo al Krátos popular: la raíz del problema
Occidente arrastra un miedo constante durante tres mil años: si la mayoría pobre ejerce su poder, puede redistribuir riqueza y alterar el orden económico.
Por eso las democracias liberales permiten votar, pero reservan el poder coercitivo a instituciones no electas: judicatura, bancos centrales, organismos reguladores.
El Poder Judicial es el más decisivo: puede anular leyes, intervenir en procesos electorales, reinterpretar tipos penales y blindar intereses estructurales.
5. Conclusión: el lawfare revela la arquitectura real de nuestras democracias
El lawfare no es una corrupción del Estado de Derecho. Es su continuación por otros medios, la expresión más nítida del diseño contramayoritario que sostiene a las democracias occidentales.
- Usa la ley para inhabilitar.
- Usa el proceso para desgastar.
- Usa los medios para legitimar.
- Usa la judicatura para blindar al bloque dominante.
- Usa la geopolítica para disciplinar economías enteras.
Todo bajo apariencia de neutralidad.
El lawfare demuestra el verdadero papel del Poder Judicial: contener el Krátos de la mayoría y asegurar la continuidad del poder económico y político de la minoría propietaria.
La democracia moderna permite la participación, pero reserva el poder a instituciones contramayoritarias. El lawfare actualiza este equilibrio.
No es un accidente del sistema: es la ventana que deja ver cómo funciona realmente el sistema.

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