Aranceles
Durante gran parte del siglo XX y principios del XXI, Estados Unidos jugó con una ventaja única: podía financiar casi cualquier gasto recurriendo a más déficit y más deuda, sin que los mercados internacionales cuestionaran su solvencia. El estatus del dólar como moneda de reserva global, la profunda liquidez de sus mercados financieros y su peso como primera potencia económica creaban un colchón que parecía inagotable.  Cuando llegaban crisis —desde la recesión de los 80 hasta la de 2008— la receta era la misma: expansión fiscal masiva. Durante la pandemia, el gobierno emitió billones en nueva deuda para sostener a familias y empresas, y el mundo aceptó sin titubeos esos bonos del Tesoro. El mensaje implícito era que EE.UU. siempre tendría margen para endeudarse más.  El viejo manual: más déficit, más deuda  Ese manual funcionaba porque los inversores competían por adquirir títulos del Tesoro, el dólar se fortalecía y los tipos de interés permanecían bajos. Esto permitía financiar guer...