jueves, abril 29, 2010

A veces me pregunto hasta qué punto esta izquierda aburguesada y opulenta del siglo XXI puede reclamarse heredera de la izquierda proletaria y hambrienta del siglo XX.
Quizá muchos milicianos se revolverían en sus tumbas si llegaran a saber en qué se ha convertido las organizaciones políticas que les estructuraban.
No se yo qué tal se llevarían los jóvenes y los viejos si éstos llegasen a resucitar manteniendo intacto su radical sentido de la injusticia social y su deseo de cambiar el mundo.
Están mejor así, quietos en la historia, sin capacidad para reaccionar e influir en los discursos que los integran, como parte paciente, para construir una perspectiva política del presente, donde tienen que estar... traídos, llevados y puestos, sin poder aún descansar en paz.
Seguro.

EL SECRETO LENGUAJE DE LOS AUTOBUSES


ATARDECER

miércoles, abril 28, 2010

BOB DYLAN & JOHNNY CASH

ERIC CLAPTON

Don't think twice, it's all right...





INOLVIDABLE

Sunshine... Mercury...


"En cuanto a la superior mediata Cospedal, llama la atención su razonamiento. “Es el PP catalán el que debe decir qué hace con Albiol”. Nadie podrá negar que se trata de un razonamiento impecablemente respetuoso con la lógica del Estado autonómico. Todas las competencias en materia de moral han sido efectivamente transferidas."
(Arcadi espada)
Pedazo intro!

martes, abril 27, 2010

El punto de partida...

"¡Si todo fuera tan sencillo! Si en algún lugar existieran personas acechando para perpetrar iniquidades bastaría con separarlos, del resto de nosotros y destruirlos. Pero la línea que divide el bien del mal pasa por el centro mismo del corazón de todo ser humano. ¿Y quien está dispuesto a destruir un solo fragmento de su propio corazón?"
(Alexander Solzhenitsyn)

Si algo se puede aprender del siglo XX es que las grandes utopías sociológicas, los grandes modelos de sociedad, no son posibles sin psicologías en sintonía.
Toda norma, toda institución es susceptible siempre de ser pervertida si el individuo que debe pertenecer a ellas o seguirlas no las toma en serio y esa seriedad en el trato sólo puede proceder de una psicología en consonancia con los propósitos y planteamientos de la institución.
Todos los sistemas son imperfectos si los individuos que forman parte de ellos no se los creen.
Nada social funciona si de algún modo no integra en su funcionamiento a las psicologías de los individuos... si no existe la posibilidad de la implicación.
La verdadera lucha, la verdadera revolución siempre empieza en el interior de cada persona.

lunes, abril 26, 2010

"Salvio dejó buenas sensaciones, claro, y dejó también ese interrogante aplicable a tantos otros jugadores de los de ahora: ¿de qué juega Salvio? ¿Es delantero o segundo delantero? ¿Es media punta? ¿Es enganche? ¿Es jugador de banda? ¿Sabe alguien qué son todas esas cosas con certeza? El fútbol de hoy está lleno de jugadores del corte de Salvio: no son delanteros centro, no son extremos ni interiores ni son jugadores específicos de banda, no son centrocampistas creadores ni mucho menos destructores, no son rematadores puros, no son dribladores aunque es lo que les gusta. Eso sí, estos jugadores sólo tienen una cosa clara: si hay que defender, que defienda otro.."
(Crónica tópica del Atleti-Tenerife, El rojo y el blanco)
"Pocos dudan ya de que se cometieron crímenes parecidos en ambos bandos, pero tampoco nadie debería dudar de que las ideas por las que se combatió en uno y otro lado no pudieron ser más diferentes, en el de la República por los principios de la Ilustración (libertad, igualdad y fraternidad), fundamento de las democracias modernas, y en el de los sublevados por la conculcación de esos mismos principios, con la participación decisiva de curas, militares y capitalistas, aunque con frecuencia muchos republicanos no fuesen demócratas ni todos los que se pusieron junto a los fascistas fuesen fascistas. Podrán discutirse otras cuestiones (y llevan discutiéndose setenta años), pero esos son los hechos que hacen imposible toda simetría y que no tienen que ver ni con la lógica de la venganza en la que parece que algunos todavía están presos (sobre todo hablistas hertzianos y políticos) ni con esa equidistancia de la indiferencia."
(Causa general II, Andres Trapiello)


Y esta es la gran falacia.
Este es el origen del planteamiento de buenos y malos que enturbia la visión de nuestro pasado cada vez menos reciente.
Sobre el papel de la teoría este argumento tiene entidad, pero en absoluto la tiene sobre la realidad de los hechos históricos. Porque lo que se abría paso en el final de la república era el germen de un proceso revolucionario de carácter totalitario en el que comunistas, socialistas y anarquistas ya empezaban luchar por el control de los mandos... y continuaron luchando durante la propia guerra hasta el punto de que, en realidad, hubieron dos guerras civiles: la que lucharon republicanos contra golpistas y la que mantuvieron dentro de las filas republicanas comunistas, socialistas y anarquistas.
Pero ni una palabra sobre este complejo asunto en determinadas personas, en determinados periódicos.
No interesa.
En el comienzo del verano de 1936 la autoridad de la República era más nominal que real. La gente se mataba en las calles casi todos los días. Basta leer las memorias de personajes tan poco dudosos como Josep Pla o Luis Buñuel, para encontrar un caótico cuadro de desorden y locura que hablaba del fracaso de un régimen que, en su debilidad, sólo podía caer en manos fascistas o comunistas... Y sucedió lo primero tras tres años de cruento conflicto fratricida, pero no cabían más posibilidades en la exigua caja negra de la República con las democracias europeas manteniéndose al margen, una posición que se debía tanto a la complicada situación geoestratégica del continente como a la desconfianza en la viabilidad de un régimen cada vez más en manos de partidos de masas de izquierda.
Olvidar estas realidad y limitarse a hablar de libertad, igualdad y fraternidad es perverso.
Las ideas no absuelven por si solas. No es suficiente con invocarlas. Siempre hay que estar a su altura con actos.
"Es muy extravagante, y un síntoma corrosivo de decadencia, que el populismo llano presione sobre la Justicia antes de que se pronuncie. Las sentencias judiciales pueden ser criticadas tanto como acatadas; pero no antes de que existan, si es que se quiere evitar el sonrojo lógico y moral. Actuar a gritos, o a susurros, mientras la Justicia medita presupone situar por encima de la ley a las personas o los textos sujetos a la investigación. Me perdonarás estas pueriles fichas didácticas, pero en España ya sólo se puede aspirar a la pedagogía básica."
(Escenas Barcelonensis, Arcadi Espada)

sábado, abril 24, 2010

Por si a alguien le cabía alguna duda y por si se quiere leer... (y no digamos entender):

"Pleno del Congreso de los Diputados. 14 de octubre de 1977. Debate de la Ley de Amnistía. Intervención del diputado comunista Marcelino Camacho Abad

El señor CAMACHO ABAD: Señor Presidente, señoras y señores Diputados, me cabe el honor y el deber de explicar, en nombre de la Minoría Comunista del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña, en esta sesión, que debe ser histórica para nuestro país, en honor de explicar, repito, nuestro voto.

Quiero señalar que la primera propuesta presentada en esta Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido Comunista y del PSUC el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores Diputados, es el resultado de una política coherente y consecuente que comienza con la política de reconciliación nacional de nuestro Partido, ya en 1956.

Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los ‘unos a los otros, si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre?

Para nosotros, tanto como reparación de injusticias cometidas a lo largo de estos cuarenta años de dictadura, la amnistía es una política nacional y democrática, la única consecuente que puede cerrar ese pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente, los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores. Nosotros estamos resueltos a marchar hacia adelante en esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y del progreso.

Hay que decir que durante largos años sólo los comunistas nos batíamos por la amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, que en las reuniones de la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia, sobre todo en las primeras, se borraba la palabra “amnistía” ; se buscaba otra palabra porque aquella expresaba de alguna manera —se decía— algo que los comunistas habíamos hecho, algo que se identificaba en cierta medida con los comunistas.

Yo recuerdo que en las cárceles por las que he pasado, cuando discutíamos con algunos grupos que allí había de otros compañeros de otras tendencias —que después alguna vez la han reclamado a tiros— estaban también en contra de la palabra «amnistía».

Recuerdo también un compañero que ha pasado más de veinte años en la cárcel: Horacio Femández Inguanzo, a cuyo expediente se le llamó “el expediente de la reconciliación”, y que fue condenado a veinte años en 1956. Cuando monseñor Oliver, Obispo auxiliar de Madrid, nos visitaba en 1972 en Carabanchel, y le hablaba del año de reconciliación que abría la Iglesia, Horacio le decía: «Si quiere ser consecuente la Iglesia con la reconciliación, debe pedir también en este año la amnistía, ya que lo uno sin lo otro es imposible». Y le explicaba que él había sido condenado a veinte años como dirigente del Partido Comunista de Asturias, precisamente por la amnistía, y que su expediente se llamó “el expediente de la reconciliación”.

Hoy podríamos citar más compañeros aquí: Simón Sánchez Montero y tantos otros, que hemos pasado por trances parecidos, pero hoy no queremos recordar ese pasado; hemos enterrado, como decía, nuestros muertos y nuestros rencores, y por eso, hoy, más que hablar de ese pasado, queremos decir que la minoría comunista se congratula del consenso de los Grupos Mixto, Vasco-Catalán y Socialista, y hubiéramos deseado también que éste fuera un acto de unanimidad nacional.

Todavía yo pediría a los señores de Alianza Popular que reconsideren este problema. Nosotros afirmamos desde esta tribuna que ésta es la amnistía que el país reclama y que, a partir de ella, el crimen y el robo no pueden ser considerados, se hagan desde el ángulo que sea, como actos políticos. Por eso hacemos un llamamiento a nuestros colegas de Alianza Popular de que reconsideren su actitud en este acto que debe ser de unanimidad nacional. En esta hora de alegría, en cierta medida, para los que tantos años hemos pasado en los lugares que sabéis, sólo lamentamos que, en aras de ese consenso y de la realidad, amigos, patriotas, trabajadores de uniforme, no puedan disfrutar plenamente de esta alegría. Desde esta tribuna queremos decirlo, que no les olvidamos y que esperamos del Gobierno que en un futuro próximo puedan ser reparadas estas cuestiones y restituidos a sus puestos.

También a las mujeres de nuestro país queremos indicarles que si hoy no se discute este problema, que si en esta ley faltara la amnistía para los llamados “delitos de la mujer”: adulterio, etc., les queremos recordar que el Grupo Parlamentario Comunista presentó una proposición de ley el 14 de julio que creemos que es urgente discutir y que vamos naturalmente a discutir. Pero, es natural, señoras y señores Diputados, que tratándose de un militante obrero, en mi caso, si hablaba antes de que era un deber y un honor defender aquí, en nombre de esta minoría, esta amnistía política y general, para mí, explicar nuestro voto a favor de la amnistía, cuando en ella se comprende la amnistía laboral, es un triple honor.

Se trata de un miembro de un partido de trabajadores manuales e intelectuales, de un viejo militante del Movimiento Obrero Sindical, de un hombre encarcelado, perseguido y despedido muchas veces y durante largos años, y, además, hacerlo sin resentimiento.

Pedimos amnistía para todos, sin exclusión del lugar en que hubiera estado nadie. Yo creo que este acto, esta intervención, esta propuesta nuestra será, sin duda, para mí el mejor recuerdo que guardaré toda mi vida de este Parlamento.

La amnistía laboral tiene una gran importancia. Hemos sido la (clase más reprimida y más oprimida durante estos cuarenta años de historia que queremos cerrar. Por otra parte, lo que nos enseña la historia de nuestro país es que después de un período de represión, después de la huelga de 1917 y la represión que siguió; después de octubre del treinta y cuatro y la represión que siguió, cada vez que la libertad vuelve a reconquistar las posiciones que había perdido, siempre se ha dado una amnistía laboral. Yo he conocido —mi padre era ferroviario en una estación de ferrocarril— que en 1931 todavía ingresaban los últimos ferroviarios que habían sido despedidos en 1917.

La amnistía laboral, pues, está claro que es un acto extremadamente importante, conjuntamente con la otra. Si la democracia no debe detenerse a las puertas de la fábrica, la amnistía tampoco. Por eso el proyecto de ley que hoy vamos a votar aquí tiene, además de la vertiente humana y política, otra social y económica para nuestro país.

Francia e Italia, al salir de la II Guerra Mundial, para abordar la reconstrucción nacional y la crisis, necesitaron el apoyo y el concurso de la clase obrera. Días pasados los representantes del arco parlamentario dieron los primeros pasos en esa vía; la amnistía laboral será el primer hecho concreto en esa dirección que marcan los acuerdos de la Moncloa. No hay que olvidar que salimos de una dictadura en medio de una grave crisis económica, y que todos estamos de acuerdo en que hay que ir al saneamiento de la economía y a la reconversión nacional también, que esto no es posible sin el concurso de los trabajadores, que hay que llevar por ello este espíritu de la Moncloa al hecho práctico concreto de esa realidad.

Señoras y señores Diputados, señores del Gobierno, lo que hace un año parecía imposible, casi un milagro, salir de la dictadura sin traumas graves, se está realizando ante nuestros ojos; estamos seguros de que saldremos también de la crisis económica, que aseguraremos el pan y la libertad si se establecen nuevas relaciones obrero-empresariales y si un código de derecho de los trabajadores las garantiza; si conseguimos de una vez que los trabajadores dejemos de ser extranjeros en nuestra propia patria. Sí, amnistía para gobernar, amnistía para reforzar la autoridad y el orden basado en el justo respeto de todos a todos y, naturalmente, en primer lugar, de los trabajadores con respecto a los demás.

Con la amnistía saldremos al encuentro del pueblo vasco, que tanto sufre bajo diferentes formas, de todos los pueblos y de todos los trabajadores de España. Con la amnistía la democracia se acercará a los pueblos y a los centros de trabajo. La amnistía política y laboral es una necesidad nacional de estos momentos que nos toca vivir, de este Parlamento que tiene que votar. Nuestro deber y nuestro honor, señoras y señores Diputados, exige un voto unánime de toda la Cámara.

Muchas gracias."

Marcelino Camacho se la jugó de verdad y conocía el verdadero valor de la Ley de Amnistía, uno de los granes hitos de la peligrosa lucha que él y muchos como él llevaron a cabo contra el franquismo.
Todo lo demás es toreo de salón antifascista.

Ácido sulfhídrico... la base de la hibernación.
DISTORSIÓN

FUENTE


"¿Por qué no aceptamos la verdad de una puñetera vez? La inmensa mayoría de la derecha española renegó de la democracia durante la República y, desde luego, durante la guerra... Pero es que la izquierda, en gran parte, hizo lo mismo, tomando la deriva "revolucionaria". En cualquier caso, una guerra civil no es el mejor momento para la defensa de los derechos civiles ni para la discusión civilizada... "Es la hora de los hornos y no se ha de ver sino su luz", ¿recuerdan?"
(Enterrar a los muertos, Joaquín Leguina)

Incapaz de generar un discurso global, comprensivo y crítico del presente, la izquierda se aferra a los mitos de su pasado, que es lo único que le queda.
En lugar de enfrentar al presente de una manera realmente crítica, más allá incluso de una posición reformista, prefiere la comodidad de regresar a un pasado de buenos y malos, donde las posiciones quedan definidas y todo resulta mucho más claro... Y ninguna idea puede oponerse a ese viaje en el que la maleta rebosa con viejas consignas de hace sesenta años.
Pero, y después de luchar una vez más contra el fascista defendiendo no se sabe bien qué, nada como poder tomarse un respiro llenando a rebosar un carro de Alcampo de no se sabe bien cuántas cosas.
Conciencia tranquila y barriga llena.
La perversa perfección del paraíso... que quizá alcance hasta el próximo Lunes por la mañana, cuando la máquina aúlle puntual y hambrienta de la misma carne de siempre, la que no sabe qué le pasa mientras sueña con estar en otro lugar o en este mismo pero siendo mucho más rico en dinero.
Sale mucho más barato perseguir fascistas que mirarse las vergüenzas en el espejo.
Forma parte de la mentira... y lo peor es que esos fascistas no existen, pero quizá terminen existiendo.
Ya se sabe... Si en Disneylandia se desea algo con la suficiente fuerza, se termina teniendo. Sólo hay que cerrar los ojos, imaginarse disparando un rifle, dentro de una trinchera y contra camisas azules... y haremos de nuestra terrible guerra civil un nuevo parque temático en el que entretener nuestro metafísico hastío de espíritus que constantemente se traicionan a si mismos.
Pero nuestros desgraciados muertos, quizá los últimos que verdaderamente creyeron lo suficiente en algo como para morir por ello, no merecen ese destino... Merecen descansar en paz, una paz que siempre ha estado del lado de los vivos porque son los únicos capaces de sentirla.
El polvo ya no tiene sentimientos.
THE WIRE

David Simon, su creador, habla sobre su obra...

"La reforma de la conciencia consiste únicamente en despertar al mundo del sueño que ha tenido acerca de sí mismo"
(Karl Marx)

La distancia que separa a la sociedad que somos de la sociedad que creemos ser es la misma distancia que separa a la vigilia del sueño y cuando el sueño no es una pesadilla se hace difícil, cuando no imposible, despertar.
Y así deviene la condición trágica de nuestro mundo sonámbulo, una cárcel construida con las cosas y las ideas más hermosas... o por lo menos sobre la fantasía de ser el lugar adecuado para tener una verdadera posibilidad de alcanzarlos.

viernes, abril 23, 2010

PUNTO DE FUGA