sábado, junio 23, 2018

Capitalismo Global, Jeffry A. Frieden

Ese "ajuste" por lo civil y/o lo criminal hacia la derecha de la política europea que sucedió en los primeros años posteriores a la segunda guerra mundial...

"En gran parte de Europa la izquierda dominaba la política de posguerra. Los socialistas mejoraban sus posiciones ya poderosas. mientras que los comunistas convertían los deseos populares de cambio socio-económico y el respeto hacia los logros soviéticos (y en muchos lugares la resistencia comunista) durante la guerra en apoyo en las urnas y en los sindicatos. Las primeras elecciones después de la guerra dieron en muchos países una mayoría, incluso absoluta, a la suma de socialistas y comunistas. Los partidos comunistas se incorporaron a la coalición gobernante en Francia, Italia y Bélgica. Esto no se podía mantener una vez iniciada la Guerra Fría, y los comunistas fueron expulsados del gobierno en 1947, mientras que a muchos convictos de colaboración con los fascistas, purgados en los primeros meses de posguerra, se les permitió regresar a sus negocios y al gobierno. Aun así, el movimiento obrero y los partidos socialistas y comunistas siguieron siendo un factor decisivo en la nueva política de Europa occidental".

sábado, junio 09, 2018

Behemoth, pensamiento y acción en el nacionalismo-socialismo. Franz Neumann

Museo de ideas que en general no interesan:

“Algunos llegan a sostener que el ciudadano es ya --o debería ser-- sujeto de derecho internacional y está, por ende, obligado con respecto a dos organizaciones, el estado y la comunidad internacional En esta opinión, caso de que, por ejemplo, la comunidad internacional aplicase sanciones, la acción punitiva no iría encaminada contra el estado, sino sólo contra el gobierno infractor de las normas jurídicas internacionales. El ciudadano podría entonces sublevarse contra el gobierno sin violar por ello la fidelidad política que debe al estado.” Al crear esta división de lealtades, la dicotomía resultante aportaría la base psicológica de la solidaridad internacional.”

sábado, mayo 26, 2018

Limonov, Emmanuel Carrere

“Cinco años antes, Yeltsin declaró fuera de la ley a este partido. Se creía definitivamente terminada la experiencia aterradora y grandiosa que se llevó a cabo con la especie humana en la Unión Soviética. Pues bien, al cabo de cinco breves años de experiencia democrática, todos los sondeos coinciden y hay que rendirse a esta perturbadora evidencia: la gente está tan harta de la democracia, del mercado y de la injusticia consiguiente que se dispone a votar en masa al partido comunista. Su líder, Ziugánov, no propone reabrir el gulag o reconstruir el Muro de Berlín. Bajo la etiqueta de «comunista», este político prudente y sin brillo vende menos la dictadura del proletariado que la lucha contra la corrupción, un poco de orgullo nacional y la misión espiritual de la Rusia ortodoxa frente al nuevo orden mundial. Dice que Jesús fue el primer comunista. Promete que si le votan los ricos serán menos ricos, los pobres menos pobres, y como mínimo todo el mundo debería estar de acuerdo en la segunda parte de este programa: ¿quién es realmente partidario de que los viejos mueran de hambre y de frío? “

sábado, mayo 19, 2018

Tres pájaros de un tiro.

Primero

Hace tiempo que no escribo en el blog.
Hace tiempo que caí en el convencimiento de que ya no tiene sentido exhibir la propia opinión. La alargada sombra de una sociedad ilustrada se extiende con la legitimidad justificadora de un mítico relato de orígenes para respaldar un circo romano mucho más sucio y pedestre.
Los años no me permiten ver de otra forma el corral de ruido y furia en el que se ha convertido algo tan sagrado y valioso como la opinión pública, corral especialmente expresado de manera metafórica en las redes sociales.
Y no puedo ver esa agresividad de otra forma que como expresión de una impotencia.
La impotencia que sentimos todos al comprobar la insustancialidad que como toda sombra contiene la alargada ausencia de una sociedad ilustrada de hombres rectos y justos, capaces de sobreponerse al propio interés en beneficio del colectivo.
Nuestra opinión, la de cada uno, en realidad no cuenta donde verdaderamente debiera contar.
Y en el fondo lo sabemos cuando troleamos y nos trolean.
Al matar toda posibilidad de construcción colectiva, el capitalismo también ha matado ésto.
Por eso prefiero no participar.

Segundo

Todos desempeñamos roles en las sociedades complejas.
Es de primero de sociología.
Y en las sociedades patriarcales también hay un rol de macho.
Si alguien tiene duda de su existencia (casi todos hombres, por supuesto), no tiene más que hacer el esfuerzo de leer entre líneas la ya tristemente famosa sentencia del caso de La Manada.
La posición de la mujer genera dudas porque al principio mostró un cierto nivel de colaboración con sus futuros violadores.
Cuando la mujer desafía a los hombres y despierta en ellos ese rol de macho que a ella le convierte en hembra ya no puede volverse atrás. Mucho peor. Asustarse, dudar, querer volverse atrás la convierte en culpable.
Nada puede oponerse al principal misterio de la sociedad patriarcal.
Cuando se convoca al dios Priapo que casi siempre e manifiesta en forma de erección, la criminal es aquella que ha provocado su presencia.
Priapo no puede ser convocado para nada.
El rol del macho debe ser ejecutado hasta el fin.
Debe hacerse lo correcto y todos aquellos que no contribuyen al buen fin de la ceremonía son culpables precisamente de eso.
De aquí viene tanto matiz, tanta carga del detalle sobre la chica.
De aquí el ignorar lo esencial.
El valor que tiene como relación sexual la relación que se mantiene con alguien que cierra los ojos, que no se mueve, que se abandona a la voluntad del otro y se convierte en cosa.
Y como consecuencia de esto la reflexión que debiera llevarnos a la conclusion de que el único placer que se obtiene es el placer de la violación.
La sentencia analiza la situación desde el rol del hombre y pone en duda a la mujer por el simple hecho de desafiar a Priapo convocándole en vano.
Ninguna mujer es inocente cuando se vuelve atrás ante Priapo, una presencia que siempre justifica al macho porque lo natural de su necesidad lo ampara.
Todo muy patriarcal-tribal en la Europa del Siglo XXI.

Tercero

Y también hay un rol de consumidor.
Un rol que nos sale a todos intentando compaginar la vida de pensamiento con la vida material del dinero y las cosas que día a día se nos mete por los ojos.
Cualquier cosa para evitar la disonancia entre ser y tener. Mejor dicho. Somos lo que tenemos, pero ser y tener guardan una relación simbiótica por la que lo que soy legitima todo lo que tengo.
Es por este mecanismo por el que cada vez se ve con más naturalidad que alguien de izquierdas pueda ser millonario o, por extensión, que alguien que no está conforme con esta sociedad pueda disfrutar a tope de las bondades de la misma.
No se percibe contradicción precisamente porque el objetivo es no percibir contradicciones.
Y a final uno puede sentir que es cualquier cosa, teniendo siempre cualquier cosa en la cantidad que se estime oportuna. Faltaría mas!
Si sirviese para algo animaría a la gente a que leyera los escritos de Pier Paolo Pasolini reivindicando para la pobreza una espacio entre la riqueza y la miseria, el espacio que ocupaban los opositores al sistema capitalista cuando de verdad eran oposición y no retorica vacía que se lleva el río de un centro comercial.
Pero no sirve para nada.
La derrota es total.
Y por eso aquellos que te dicen que quieren cambiar las cosas siempre te mienten: O a ellos mismos y a ti o sólo a tí.
Elige a opción que menos te duela, que más te guste.
Se nos ha olvidado que lo que de verdad nos hacía poderosos era precisamente no querer ser ricos.
Tener otros valores, unos valores que precisamente los planteamientos de crecimiento sostenible nos piden a gritos recuperar.
Pero, claro, para eso, hay que dejar de querer tener.
En este sentido, la hipoteca de 600.000 euros de la familia Iglesias no me ha decepcionado. Iglesias ya me había decepcionado antes.
Lo relevante es que el principal adalid de un mundo mejor que la vieja política nos pone sobre la mesa como nueva opción del decepcionante menú quiera tener tanto, tanto que elija hipotecar su vida al sistema que critica por lo menos durante 30 años comprando una hipoteca que está cinco veces por encima de la media que compran aquellos a los que ha venido a salvar.
Pablo tambien tiene miedo, confunde pobreza con miseria.
Te miente.
No puede salvarte en los términos que el mismo plantea.
Lo único que le diferencia del resto que no te ha salvado es que es nuevo y joven.

Y me duele concluir que, a estas alturas de la película, encuentre más honesto a quien, como Rajoy, te dice que no se puede hacer nada que a alguien como Iglesias que te dice que se puede hacer todo.

sábado, marzo 24, 2018

Historia Intelectual del Siglo XX, Peter Watson

H.R. Tawney o la premonitoria decencia de la sensibilidad moral cristiana...

"Tawney era un hombre muy religioso, y en su opinión, el consumismo violaba el transcurso natural de los acontecimientos; en particular, saboteaba «el instinto de servicio y solidaridad» que constituye la base de la sociedad civil tradicional. El capitalismo, a la larga, sería incompatible con la cultura. Influida por el capitalismo, escribió, la cultura se vuelve más privada, menos compartida, y ésta es una tendencia que atenta contra la vida en común de la humanidad, pues el individualismo acarreaba inevitablemente la falta de igualdad. Esto suponía un cambio en el propio concepto de cultura, pues se alejaba cada vez más de su condición de estado mental interno para relacionarse con los bienes de cada individuo. Por si fuera poco, Tawney también opinaba que el capitalismo, en el fondo, era incompatible con la democracia. Sospechaba que las desigualdades que venían asociadas de manera endémica al capitalismo (y que se hacían más evidentes que nunca por la acumulación adquisitiva de productos de consumo) acabarían por suponer una amenaza para la cohesión social. Por lo tanto, pensaba que su deber era colaborar en la creación de un contraataque moral de relieve en contra del capitalismo, en nombre de las muchas personas que, como él, estaban persuadidas de que éste había sido responsable, al menos en parte, de la guerra.·

La pasión de Michel Foucault, James Miller

“En toda sociedad, los gobernantes explotan su poder para regular y castigar, y graban códigos de lógica y tablas de la ley "en cosas e incluso dentro de los cuerpos" y así dan origen a un "universo de normas que de ningún modo pretenden suavizar la violencia sino satisfacerla." Una sociedad puede parecer en paz, pero sólo la "promesa de sangre", aunque velada, neutraliza el constante peligro de desorden y crea un patrón de combate latente en "las instituciones sociales, en las desigualdades económicas, en el lenguaje" y, no por último menos importante, "en los cuerpos mismos de cada uno de nosotros”."

sábado, marzo 17, 2018

La filosofia de Martin Heidegger, A. de Waelhens


“Por lo que hace a este abismo, no hay más remedio que enmudecer. No podemos tocar el hecho en bruto, sino bajo la vestidura de inteligibilidad que nosotros mismos le hemos impuesto. Fuera de este ropaje de inteligibilidad no hay sino la noche del caos.”

La Imaginación dialéctica. Una historia de la escuela de Frankfurt. Martin Jay


“Como explicaría Adorno más tarde, la frase «industria cultural» fue escogida por Horkheimer y él mismo en La dialéctica de la Ilustración debido a sus connotaciones antipopulistas. A la Escuela de Francfort le desagradaba la cultura de masas, no porque fuera democrática, sino precisamente porque no lo era. La noción de cultura «popular», afirmaba, era ideológica; la industria cultural suministraba una cultura falsa, reificada, no espontánea, en vez de la cosa real. La vieja distinción entre cultura alta y baja prácticamente se había desvanecido en la «barbarie estilizada» de la cultura de masas. Incluso los ejemplos más «negativos» del arte clásico habían sido absorbidos en lo que Marcuse denominaría más tarde su fachada «unidimensional». La tragedia, que antiguamente significó protesta, ahora significaba consolación. El mensaje subliminal de casi todo lo que pasaba por arte eran e] conformismo y la resignación… Cada vez más, el Institut llegó a la conclusión de que la industria cultural esclavizaba a los hombres mucho más sutil y eficazmente que los rudos métodos de dominación practicados en eras anteriores. La falsa armonía de lo particular y lo universal era en algunos aspectos más siniestra que el choque de las contradicciones sociales, a causa de su habilidad para inducir a las víctimas a la aceptación pasiva. Con la decadencia de las fuerzas de mediación en la sociedad —aquí el Institut se apoyaba en sus estudios anteriores sobre la disminución del rol de la familia en el proceso de socialización— las posibilidades de desarrollo de una resistencia negativa quedaban seriamente limitadas. Más aún, la difusión de la tecnologia servía a la industria cultural en Estados Unidos así como había ayudado a ajustar el control de los gobiernos autoritarios en Europa. La radio, afirmaban Horkheimer y Adorno, era para el fascismo lo que la imprenta había sido para la Reforma… La decadencia de la cultura «negativa», tradicional, no era sólo un problema para intelectuales. La cultura de masas era la sementera del totalitarismo político”.

sábado, marzo 03, 2018

El hombre y lo sagrado. Roger Caillois

"Es imposible durar sin desgaste, sin desperdicio; imposible inmovilizarse en el ser (…) Y es imposible también ser únicamente metamorfosis, puro desgaste, actividad total"

sábado, enero 27, 2018

La pasión de Michel Foucault, James Miller

"Al revés del poder de la soberanía, espectacularmente violento (como atestigua la dolorosa muerte de Damiens), el de la disciplina es ligero, humano, e insidioso, precisamente porque se ejerce invisiblemente mediante discreta vigilancia y no por abierta coerción. Esta supervisión, como la describía Foucault, "disocia el poder de el cuerpo", lo deja sumiso, "normalizado" (otro de los influyentes neologismos de Foucault), dispuesto a aceptar órdenes de arriba, como soldado de un ejército moderno. El resultado, en principio, fue un "funcionamiento automático del poder", una "perfección del poder" que, paradójicamente, propendía "a volver inútil su ejercicio concreto" (lo cual no es un rasgo digno de alabanza a ojos de un nietzscheano)"

domingo, enero 14, 2018

A day in the afterlife, Phiññip K. Dick

El pensamiento del afuera, Michel Foucault

"Si estuviera presente en el fondo de uno mismo, la ley ya no sería la ley sino la suave interioridad de la conciencia"

sábado, enero 13, 2018

La pasión de Michel Foucault, James Miller

"En términos muy generales, explicaba, este estudio histórico, como todos sus anteriores, abordaba, con gran dificultad por cierto, el "problema de la verdad". La dificultad consiste en saber de qué historia se trata, ya que todos sus estudios han demostrado, entre otras cosas, que las distinciones y categorías del "conocimiento" en tanto tal, sobre todo la distinción entre lo que es verdadero y lo que es falso, eran en sí mismos productos transitorios y cambiantes de costumbres e instituciones transitorias y cambiantes: "¿Qué conocimiento histórico es posible de una historia que produce la distinción verdadero/falso de la cual depende ese conocimiento"

sábado, octubre 21, 2017

La filosofia de Martin Heidegger, A. de Waelhens

“El Dasein se ve entonces en su finitud radical, una finitud que le inspirará la más completa y generosa tolerancia. Sólo el Dasein auténtico tendrá fuerza para dejar a los otros ser lo que son, porque sólo él está persuadido de la infinita vanidad del ser. El que se hace ilusiones sobre el valor del ser y de su ser tendrá siempre la tendencia a inmiscuirse y a tiranizar, porque no puede aceptar que el otro sea de distinta manera de como es él, o que se haga cosa distinta de lo que él mismo juzga digno de ser o de hacerse. Si, por el contrario, poseo la revelación de la precaria indignidad de todo lo que es, entonces toleraré fácilmente que el otro sea como mejor le parezca. Incluso en el mismo aislamiento de Ja existencia auténtica, hay todavía una existencia en común, auténtica también, y es el dejar a cada uno ser lo que es.”

sábado, octubre 14, 2017

Nuestra obsoleta mentalidad de mercado, Karl Polanyi

“El mito del salvaje individualista fue derribado hace mucho tiempo. No existe ninguna prueba del egoísmo primitivo, ni de la apócrifa propensión al trueque, al intercambio o al comercio, ni tampoco de la tendencia a abastecerse a sí mismo. También quedó desacreditada la leyenda de la psicología comunista del salvaje, de su presunta indiferencia a sus intereses personales. (En esencia, el hombre ha sido idéntico en todas las épocas. Si se consideran sus instituciones no aisladamente sino en su interrelación, se constata que el hombre se comportaba en una forma completamente comprensible para nosotros). Lo que parecía "comunismo" era el hecho de que el sistema productivo o económico estaba organizado en tal forma que ningún individuo quedaba expuesto a la amenaza de la indigencia. Cada quien tenía asegurado su lugar alrededor de la lumbre y su cuota de recursos comunes, cualquiera que hubiese sido su contribución a la caza, al pastoreo, al cultivo de la tierra o a la horticultura. Veamos algunos ejemplos: en el sistema kraal del Kaffir, "la privación es imposible; quien necesita ayuda la recibe en forma automática" [Mair, L. P. An African People in the Twentieth Century]. Ningún kwakiutl "ha corrido jamás el riesgo de padecer hambre" [Loeb, E. M. The Distribution and Function of Money in Early Society]. "En las sociedades que viven al margen de la subsistencia no existe el hambre" [Herskovits, J. M. The Economic Life of Primitive Peoples]. En efecto, el individuo no corre el riesgo de padecer hambre, excepto cuando la comunidad en su conjunto se encuentra en esa situación. Esta ausencia de miseria individual en la sociedad primitiva en cierto sentido la hace más humana y, al mismo tiempo, menos "económica" que la del siglo diecinueve.”

sábado, octubre 07, 2017

La filosofia de Martin Heidegger, A. de Waelhens

“Estos datos se reducen a tres datos capitales: el Dasein se manifiesta como una existencia ya arrojada y abandonada en el mundo, derelicción ante la cual el Dasein experimenta la angustia». En segundo lugar, esta misma existencia se manifiesta como obligada a elegir entre dos posibilidades fundamentales: o asumir un destino personal (cuya naturaleza está todavía por precisar) o bien ocultarse esta posibilidad abandonándose al mundo inmediato. La angustia nos revela el ser-en-el-mundo ante todo como un poder-ser, un In-der-Welt-seinkónnen”

Unidad territorial

No es la primera vez que nuestro rey emérito, cada vez más gordo, cada vez más a punto de reventar de vicio en la mejor línea de algunos borbones, apunta que el dictador Franco tenía la unidad de España como máxima preocupación en su lecho de muerte.

Y esto ya debería dar que pensar desde una posición de honestidad intelectual.

Si suponemos que nuestro rey emérito no miente (lo cual cada vez es más "demasiado suponer" conforme más sabemos de él) y si damos por hecho también que en su lecho de muerte (y por lo que sea) los humanos tendemos a no mentir, resulta cuando menos curioso que la última preocupación del dictador no tuviese nada que ver con seguir buscando lo mejor para sus españoles.

No, la última preocupación del dictador tuvo que ver con la indirecta constatación de una diferencia que, pese a su victoria en los campos de batalla, no ha sido realmente vencida y contra cuya emergencia el heredero del trono debe estar vigilante.

La emergencia de una realidad diferencial que está en el origen del propio estado español y que, por razones obvias, el relato tribal del nacionalismo español debe ignorar como buen relato nacionalista que se precie.

Y seguramente ese problema de España que ha venido existiendo como debate en la historiografía patria tenga que ver con la construcción de una realidad política a espaldas de la propia verdad de ese territorio sobre el que la realidad política viene estando instalada.

Existe otro relato, inconsciente, perverso, que habla de una España que nunca ha sido una y que expresa una evidente distancia entre unas instituciones políticas de carácter feudal y autoritario que vienen imponiendo una visión de España a un país que es mucho más diferente.

Por eso, España como nación sólo puede soportar una construcción que va desde arriba hacia abajo, desde el poder hacia la gente y seguramente ese sea el precio negativo que estamos pagando por ser el estado mas viejo de Europa.

Pero también, por eso, en los pocos momentos en que España ha querido construirse de abajo hacia arriba, ha surgido esa volatilidad, una volatilidad que llevó al dictador a decir que no se nos puede dejar solos a nosotros los españoles.

Y por eso mismo existe en las fuerzas tradicionales de nuestro país esa vocación por el orden, un orden que solo puede existir si es impuesto porque la realidad que pretende representar siempre ha sido otra.

Estos acontecimientos que estamos viviendo no son otra cosa que otro episodio más de esa tensión histórica que hemos decidido convertir en un problema para el que decimos no tener solución, cuando esa solución siempre ha estado ahí, diciéndonos que el relato del nacionalismo español es un relato de estado y no de nación.

Nuestra historia siempre conflictiva a nivel interno no es otra cosa que la palmaria constatación de esa afirmación como verdad, solo que no hay peor ciego como el que no quiere ver.

Y el régimen del 78, aun siendo un éxito de convivencia, no deja de ser un éxito limitado (como ahora se está viendo), precisamete porque se sostiene en ese relato que en realidad no responde a ninguna realidad.

La tristeza y la satisfacción que sintieron unos y otros el pasado domingo no es nueva.

No deja de ser la enésima edición de tristezas y satisfacciones anteriores.

Como con sabiduria dice el poeta, la historia de España termina mal y asi termina porque con las armas se legitimó una vez más un sinsentido cuyas consecuencias nos alcanzan hasta el día de hoy.

Ese relato de país que nos une a todos como un mismo destino en lo universal, pero ignorando que en realidad ese "todos" no existe.

Ojalá una día alguien haga una historia heterodoxa de España, una historia que cuente nuestro viaje en el tiempo desde la diferencia.

Ojalá un día veamos que ese relato se sostiene, que nos explica mucho mejor que el que tenemos y nos sigue llevando al enfrentamiento, un relato que sólo puede sostenerse desde la negación de la existencia de la otra parte.

Por eso la única solución que el gobierno español presenta para la resolución del problema catalán es el estricto cumplimiento de la ley.

En realidad, no hay otro argumento.

Pero no concibiendo la ley como un producto transaccional, mutable, fruto de la negociación entre los individuos que integran una sociedad abierta, sino la ley concebida como algo absoluto y divino, intocable, traído en brazos de un profeta que deja atrás la zarza ardiendo que es la voz del dios todopoderoso.

Y esa ley es intocable porque es producto de ese relato que nos viene de arriba, que nos viene de un dios cuyos profetas mueren siempre preocupados por lo importante, por la unidad de España.

domingo, octubre 01, 2017

Ley y referendum

No creo que a estas alturas de la película quepa la menor duda de lo que mola la valiente Rosa Parks.

Bueno... Después de lo sucedido hoy, no sabría qué decir.

El caso es que Rosa ocupó los asientos de la parte media del autobús, que estaban vacíos y que, aunque estaban del lado definido para los blancos, eran una zona fronteriza que podía ser ocupada por los negros si ningún blanco los reclamaba.

Lo que pasó es que los asientos delanteros se llenaron y siguieron subiendo blancos, tantos que podían quedarse en pie mientras había negros sentados en la zona definida para los blancos.

Inconcebible.

Ilegal.

Y así fue que el solícito conductor consideró que el orden del mundo no debía quebrarse, que la ley tenía que ser cumplida y pidió a Rosa que se levantara, que cediera su sitio a un joven blanco que ni siquiera exigió su derecho.

Fue entonces, cuando ella se negó, cuando empezó la épica.

E imagino que, si le preguntaran a nuestro Mariano Rajoy si Rosa Parks hizo bien, aquel sería lo suficientemente inteligente como para contestar afirmativamente.

Ya ha cruzado la suficiente agua bajo el puente como para que exista la suficiente unanimidad al respecto.

Esa concreta ley del estado de Alabama merecía ser desobedecida. Se trataba de una ley que consagraba la tremenda injusticia de definir lugares específicos para blancos y para negros.

Pero estoy seguro que todavía queda algún cazador de zarigüeyas que vive en un trailer park de Alabama con su hermana a la que le ha hecho ya un par de hijos que sueña con que algún día vuelvan los buenos tiempos, las buenas leyes.

Y también no estoy menos seguro de que esos tiempos no volverán.

Porque todo cambia... y las leyes también.

Después de todo, las leyes, si no vienen de algún dios, no son un valor absoluto.

Son un medio para garantizar la convivencia y no un fin en sí mismas.

Como toda obra humana están sujetas a la falibilidad y al paso del tiempo.

Otra cosa es esconderse detrás de la ley, convertir la obra del hombre en ley natural.

Lo que se decidió una vez será así para siempre y, de paso, evito el tener que afrontar el incómodo hecho de que el 80% de los catalanes quieran votar, incluso algunos (cada vez menos) que no.

Y lo cierto es que no puedo evitar pensar a Rajoy, con su gorrita de conductor, obligando a levantarse a Rosa Parks... o, por lo menos, intentándolo porque algo me dice que Rosa es demasiada mujer para Rajoy.

En cualquier caso, esta imagen forma parte de la tristeza del día, un día poblado de decenas de imágenes en las que, en defensa de esa ley con vocación de eternidad, cuerpos policiales del estado se lían a palos con pacíficos ciudadanos que sólo quieren votar.

Expresarse.

Y hacerlo en el marco de una sociedad que se define como abierta y que, buscando hacer honor de semejante condición, debiera haber tenido la propensión casi intuitiva a facilitar las cosas en lugar de impedirlas.

Pero, y aun sabiendo que se trata de algo ilegal, no puedo evitar sentir algo terrible, desproporcionado y  muy siniestro en el modo en que hombres, mujeres y niños han sido tratados por el no tan simple hecho de querer votar.

Y es entonces cuando vuelvo a recordar la tremenda lucidez cifrada en los versos del poeta Jaime Gil de Biedma, esos versos que dicen que la historia de España es la más triste de todas las historias.

Y es entonces cuando lo entiendo todo.

Es esa misma tristeza la que en este domingo, primero de octubre, ha venido a vernos.

domingo, septiembre 17, 2017

Nada personal, James Baldwin (III)

"Hace más de veinte años que no oigo cantar a nadie por las calles de Nueva York. Por cantar, entiendo de alegría, porque sí. No me refiero a los maullidos borrachos y solitarios de las cuatro de la mañana, que son sólo el gemido de una pobre alma que intenta vomitar su angustia y se atraganta en ella. Donde la gente puede cantar, el poeta puede vivir, y vale también decirlo al revés: donde el poeta puede cantar, la gente puede vivir. Cuando una civilización trata a sus poetas con el desprecio con que tratamos a los nuestros, no puede estar lejos el desastre; no puede estar lejos la matanza de los inocentes. Todo el mundo corre, Dios sabe adonde, y todo el mundo está buscando Dios sabe qué, pero es evidente que nadie es feliz aquí y que algo se ha perdido."

sábado, septiembre 16, 2017

Nada personal, James Baldwin (II)

"Ha sido siempre mucho más fácil (porque siempre ha parecido menos arriesgado) dar un nombre al mal exterior que localizar el terror interno. Y sin embargo, este terror interno es mucho más verdadero y mucho más poderoso que cualquiera de nuestras etiquetas: las etiquetas cambian, el terror es constante. Y este terror tiene algo que ver con el abismo insalvable que separa el yo que uno se inventa —el yo que uno se atribuye, que es, sin embargo, y por definición, un yo provisional— y el yo, indescubrible, que siempre tiene el poder de hacer añicos al yo provisional. Es perfectamente posible —y no está fuera de lo común— irse a la cama una noche, despertarse una mañana, o sencillamente cruzar el umbral de una puerta que se conoce de toda la vida, y descubrir, en el tiempo de un suspiro, que aquel yo tejido con tanto esfuerzo no es más que harapos, algo inaprovechable, se ha esfumado. ¿Y con qué materia prima vamos a construir otro yo?"